Una infección aparentemente leve en la cavidad bucal puede convertirse en un riesgo directo para el corazón, según los especialistas en cardiología. El cardiólogo Aurelio Rojas advierte que las caries y las enfermedades de las encías no son solamente un problema de salud dental, sino que pueden ocasionar graves afecciones al órgano vital que bombea la sangre por todo el cuerpo. Este vínculo está relacionado especialmente con la endocarditis infecciosa, una infección que compromete las válvulas del corazón y puede llevar a complicaciones graves.
La endocarditis infecciosa se produce cuando bacterias presentes en la boca logran entrar al torrente sanguíneo y alcanzar el corazón. Este proceso comienza en la boca, donde las encías inflamadas o sangrantes permiten el paso de microorganismos a venas y arterias.
Una vez dentro de la sangre, las bacterias pueden adherirse especialmente a las válvulas cardíacas dañadas o áreas inflamadas del corazón, formando lo que se conoce como vegetaciones compuestas de bacterias, fibrina y pus. Este fenómeno puede originar un daño considerable en las estructuras cardíacas, debilitando el músculo del corazón y afectando su capacidad para bombear sangre eficientemente.
Cómo ocurre la infección paso a paso
Para entender mejor el peligro, es útil desglosar el proceso que conduce a esta afección:
- Primero, una infección dental —por ejemplo, una caries profunda— provoca inflamación y sangrado en la boca.
- En segundo lugar, las bacterias de la boca ingresan a la sangre, generando lo que se llama bacteriemia.
- Tercero, el flujo sanguíneo transporta estas bacterias hasta el corazón.
- Cuarto, las bacterias se adhieren sobre válvulas o tejidos cardíacos dañados.
- Finalmente, se produce la formación de vegetaciones que comprometen la estructura y función cardíaca.
Este proceso ocurre de forma silenciosa y puede complicarse rápidamente si no se detecta y trata adecuadamente. La prevención de la endocarditis infecciosa comienza con el cuidado meticuloso de la salud bucal. El doctor Aurelio Rojas y otros especialistas insisten en mantener una higiene bucodental rigurosa, especialmente en personas con factores de riesgo cardíaco. Entre las principales recomendaciones se encuentran:
- Cepillarse los dientes dos o tres veces al día, utilizando técnicas correctas para eliminar la placa bacteriana.
- Incluir el uso de hilo dental o cepillos interdentales, que ayudan a limpiar espacios inaccesibles para el cepillo.
- Realizar visitas al dentista al menos cada seis meses para chequeos periódicos y tratamiento de cualquier problema oral emergente.
- Tratar cuanto antes cualquier caries o infección que se presente, así como el sangrado persistente de encías.
- Para personas con antecedentes de problemas cardíacos, válvulas protésicas o endocarditis previa, consultar al médico para valorar la necesidad de profilaxis antibiótica antes de intervenciones dentales.