Con la llegada de los últimos días de diciembre de 2025, miles de españoles acuden a las tiendas para adquirir su ropa interior roja, cumpliendo con una tradición que se ha consolidado como uno de los rituales más populares para recibir el Año Nuevo. Esta costumbre, que consiste en estrenar prendas íntimas de color rojo durante la última noche del año, promete atraer buena fortuna, prosperidad y amor para los próximos doce meses, según creen firmemente muchos de sus seguidores.
El fenómeno no es exclusivo de España. La tradición de la ropa interior roja está ampliamente extendida en países latinoamericanos y algunas regiones europeas, aunque con ligeras variaciones en su significado y forma de ejecución. Mientras algunas personas consideran que la prenda debe ser un regalo para que funcione, otras insisten en que debe estrenarse esa noche y después desecharse para completar el ritual. Lo cierto es que, independientemente del método elegido, cada 31 de diciembre las ventas de estas prendas experimentan un repunte significativo en el comercio español.
Antropólogos y sociólogos coinciden en señalar que este tipo de tradiciones cumplen una función psicológica y social importante. En momentos de transición como el cambio de año, los rituales proporcionan una sensación de control sobre el futuro y refuerzan los lazos comunitarios a través de prácticas compartidas. Aunque no exista evidencia científica que respalde su eficacia, su valor simbólico persiste y continúa transmitiéndose de generación en generación.
Los orígenes históricos de la tradición
El origen de esta peculiar costumbre se remonta a antiguas creencias asociadas al simbolismo del color rojo en diversas culturas. Historiadores señalan que en la antigua China, el rojo representaba la buena suerte y se utilizaba en celebraciones importantes, especialmente durante el Año Nuevo lunar. Esta asociación positiva se extendió gradualmente hacia Occidente a través de las rutas comerciales y los intercambios culturales.
En la tradición europea, el color rojo ha estado históricamente vinculado a la vitalidad, la pasión y la protección contra fuerzas negativas. Durante la Edad Media, se creía que este color tenía propiedades apotropaicas, es decir, capaces de alejar el mal. Esta creencia se transformó con el tiempo en diversos rituales populares, entre ellos el uso de prendas rojas en momentos clave como la transición al nuevo año.
El fenómeno sociológico detrás de la superstición
Más allá del folclore, expertos en psicología social señalan que estos rituales cumplen una importante función emocional en la sociedad contemporánea. En un mundo cada vez más racional y tecnológico, las supersticiones permiten mantener cierto sentido de misterio y conexión con tradiciones ancestrales. Para muchas personas, estos pequeños gestos simbólicos representan una forma de esperanza y optimismo frente a la incertidumbre.
Los estudios sobre comportamiento ritual indican que incluso personas que se consideran escépticas participan en estas tradiciones, a menudo justificándolas como un juego inofensivo o una forma de conexión social. La presión del grupo y el deseo de compartir experiencias culturales también juegan un papel importante en la perpetuación de estas costumbres.
La costumbre presenta interesantes variaciones según la región. En Italia, la tradición especifica que la ropa interior debe ser no solo roja sino también nueva y regalada por otra persona. En México, el color de la prenda varía según lo que se desee atraer: rojo para el amor, amarillo para la prosperidad económica, o verde para la salud.
En algunos países latinoamericanos, la tradición se complementa con otros rituales como comer doce uvas a la medianoche, llevar maletas alrededor de la casa para atraer viajes, o barrer hacia afuera para expulsar las energías negativas del año que termina. Estas prácticas demuestran la riqueza y diversidad del folclore popular relacionado con las celebraciones de Año Nuevo.
En España, la costumbre ha evolucionado con el tiempo. Lo que comenzó como una tradición discreta se ha convertido en un fenómeno comercial significativo, con tiendas que ofrecen colecciones especiales de lencería y ropa interior roja específicamente diseñadas para la ocasión. Según datos de la Asociación Española de Comercio Textil, las ventas de estas prendas aumentan hasta un 40% en las semanas previas al 31 de diciembre.
¿Por qué seguimos creyendo en estas tradiciones?
A pesar del avance de la ciencia y la tecnología, las supersticiones continúan jugando un papel importante en la vida cotidiana de muchas personas. Los psicólogos sugieren que esto se debe a nuestra tendencia natural a buscar patrones y significados, incluso cuando no existe una conexión causal demostrable.
Esta actitud positiva puede tener efectos reales en nuestra vida. El efecto placebo y la profecía autocumplida son fenómenos bien documentados que demuestran cómo nuestras creencias pueden influir en nuestras experiencias y comportamientos. Si creemos que el año será afortunado, es más probable que notemos las oportunidades positivas y actuemos de manera más confiada y optimista.
... viendo cómo somos de paletos los seres humanos (cambien la palabra por ilusos, papanatas o simplones si quieren), no me extraña que sigan habiendo personas que aún crean en eso de los dioses, el cielo y los angelitos...