En 2008, a ritmo de rumba, confesaba sus celos por Menorca y la necesidad de una aerolínea menorquina. 15 años después, Miquel Mariano (Es Mercadal, 1976) se despoja de su condición de cantautor y docente para concurrir por vez primera como cabeza de cartel. El PSOE le ha confiado la candidatura al Senado por Menorca y él acepta, convencido de que éstas no son unas elecciones cualquiera.
¿Por qué?
—Porque, por primera vez en la historia de la democracia, la ultraderecha tiene opción a gobernar. Solo por este motivo ya vale la pena movilizarse. Que pueda entrar en el Gobierno amenaza con provocar un grave retroceso democrático.
¿Dónde estaría el 23, un domingo de julio, si no fuera candidato?
—En mi casa, de excursión o en una comida con amigos. En la playa, difícil, pues tengo la piel blanca y solo voy a primera hora o en la puesta de sol.
¿Qué le diría a quien tiene pensado quedarse en casa y sin ir a votar?
—Que vale la pena hacerlo. Nos jugamos mucho, en derechos y libertades, pero también en políticas sociales. Para que se aumenten las pensiones a los jubilados o se suba el salario mínimo a los trabajadores. Algo a lo que el PP se opone. La economía va al alza y la oposición solo hace demagogia.
¿Qué canción le pondría a Pedro Sánchez? ¿Y a Feijóo? ¿Y cuál le enseñaría a Abascal?
—A Pedro Sánchez, con sus políticas sociales, le cantaría «Para la libertad», de Serrat, con letra de Miguel Hernández. A Feijóo, que ha hecho campaña con Verano Azul, le viene al pelo «El chiringuito» de Georgie Dann. Y a Abascal, «Falangista», de los Toreros Muertos.
Convirtió su «Verigut» en un himno de bienvenida a los turistas que, pese a la pandemia, no dejan de llegar. ¿Cómo le ponemos seny?
—Vivimos del turismo y debemos potenciarlo, pero apostando por aquello que nos confiere un punto diferencial, que el visitante aprecia, como la Reserva de la Biosfera, la gastronomía, la lengua y la cultura. Hay que atraer un turismo de calidad, pero que nos permita vivir en armonía.