La oposición ucraniana declaró este domingo que «no queda nada de que hablar» con el presidente del país, Víktor Yanukóvich, al tiempo que exigió una investigación internacional «los crímenes cometidos por las autoridades».
«El dictador no va a negociar con nadie. Cree que ya ha cumplido todas las demandas. No hay nada de que hablar con él», aseguró Arseni Yatseniuk, uno de los dirigentes de la oposición ucraniana, durante un mitin en el Maidán (la plaza de la Independencia) de Kiev.
Junto con otros activistas de la oposición llamó a todo el pueblo ucraniano a movilizarse y formarse en «unidades de autodefensa» para «resistir al régimen».
«Apuntaos en las unidades de autodefensa del Maidán. Ahora son 10.000 pero tenemos que llegar a 50.000 o 100.000», dijo.
Mientras, otro activista opositor, Petró Poroshenko, llamó a hacer todo lo posible para conseguir la liberación de los que «permanecen retenidos» por las autoridades, en alusión a los manifestantes detenidos durante los violentos disturbios que estallaron en Kiev el 19 de enero.
«Debemos organizar una investigación internacional de los crímenes de las autoridades ucranianas. El próximo miércoles o jueves tenemos que crear una comisión internacional en Estrasburgo», dijo en alusión a numerosos casos de represión policial y denuncias de secuestro y torturas de activistas opositores.
Agregó que la oposición ha propuesto sus candidatos para formar esta comisión, y propuso hacer lo mismo a los oficialistas.
El mitin también contó con la participación del líder del partido UDAR (Golpe), el boxeador Vitali Klitschkó, recién llegado desde la Conferencia de Seguridad de Múnich.
Klitschkó calificó de «verdadera vergüenza» la intervención ayer en la capital de Baviera del ministro de Exteriores ucraniano, Leonid Kozhara, quien -según afirmó el dirigente opositor- «contó que en Ucrania todo está bien».
Kozhara, aseguró la víspera que el Gobiernom ucraniano ha satisfecho las principales demandas de la oposición y que ahora es el turno de que los líderes opositores condenen la violencia de «grupos terroristas».
«Lo más horroroso en la actitud de las autoridades es que no admiten la existencia de los problemas actuales. Por eso se necesita partir de cero en lo relativo al poder», afirmó.
Y agregó: «El mundo democrático ya se ha dado cuenta de que no se puede confiar en Yanukóvich».
Klitschkó denunció la presión que ejerce la vecina Rusia sobre la toma de decisiones del líder ucraniano: «Moscú, el Kremlin instigan a Yanukóvich».
Los manifestantes exigieron también la liberación de la ex primera ministra ucraniana Yulia Timoshenko, que cumple una pena de prisión de 7 años tras ser condenada por abuso de poder, proceso que los opositores tachan de persecución política orquestada por Yanukóvich.
También demandaron el retorno a la Constitución de 2004 (abolida en 2010) que ampliaba las facultades de la Rada Suprema (cámara de diputados del Parlamento), a la vez que reiteraron que el Gobierno no debe estar controlado por el presidente.
Las protestas opositoras estallaron en Kiev hace poco más de dos meses después de que Yanukóvich aplazara la firma del Acuerdo de Asociación con la Unión Europea, prevista para fines de noviembre del año pasado.
Ante las crecientes manifestaciones europeístas en el centro de Kiev, ocupado por la oposición, la mayoría parlamentaria oficialista aprobó el pasado día 16 una serie de leyes para restringir el derecho de reunión y otras libertades civiles.
Tres días después, se registraron en la capital violentos choques entre manifestantes y policías antidisturbios que causaron varios muertos -seis, según la oposición; tres, de acuerdo con la versión oficial- y centenares de heridos.