La decisión del Partido Demócrata (PD) de avalar la propuesta de Renzi de «pasar página» con otro Ejecutivo al frente de Italia precipitó ayer la caída del Gobierno de coalición de Enrico Letta, que hoy se reunirá con el Jefe del Estado, Giorgio Napolitano, para presentar su dimisión.
La decisión del primer ministro socialdemócrata llegó a raíz de una esperada y muy mediática convención del PD en la que su dirección nacional debía decidir si retirar o no su apoyo a Letta.
La asamblea, celebrada con grandes medidas de seguridad en el centro de Roma, se convirtió en un encontronazo entre «renzianos», a favor del joven alcalde de Florencia, y «lettianos», partidarios del primer ministro, una minoría que acabó abandonando la sala antes de la votación en señal de desacuerdo.
De abrir el acto se ocupó el propio Renzi que, con una mano en el bolsillo del pantalón y tono distendido, explicó las razones por las que, a su juicio, es «urgente» la caída de Letta para dar paso a otro Ejecutivo.
«La dirección del PD agradece a Letta su notable trabajo al frente del Gobierno en un momento tan delicado desde el punto de vista político, económico y social pero cree necesario y urgente abrir una nueva fase con un Ejecutivo que tenga la fuerza política para afrontar los problemas del país», explicó.
A su juicio, las únicas alternativas para Italia son la convocatoria de elecciones anticipadas, opción que rechazó de inmediato, o la creación de un Gobierno «ad hoc» que no surja de las urnas para evitar la situación de incertidumbre en la que se sumió Italia tras los comicios del pasado febrero.
De los votos que se contabilizaron, 136 fueron a favor de un nuevo Gobierno, 16 en contra y dos se abstuvieron, una decisión que pronto llegó al palacio Chigi, la sede gubernamental, desde donde el primer ministro seguía la asamblea a la que, por la mañana, decidió no acudir.
Acto seguido, Letta, después de casi 10 meses al frente del Ejecutivo, anunció su intención de dimitir hoy ante el -casi- nonagenario, Giorgio Napolitano, jefe del Estado y habitual árbitro en estas crisis políticas en el llamado «Bel Paese».
«Como consecuencia de la decisión tomada ayer por la dirección nacional de mi partido, he informado al presidente de la República mi voluntad de acudir hoy al Quirinal -sede de la Jefatura del Estado- para presentar mi dimisión como primer ministro», anunció Letta mediante un comunicado.
El último esfuerzo de Letta por salvar su proyecto tuvo lugar ayer cuando presentó un plan gubernamental titulado «Compromiso Italia 2014» con el que pretendía mantener unido a su Gobierno y acallar las voces críticas que acusaban a su Gabinete de inoperante.
De este modo, el PD puso fin al segundo Ejecutivo, que han gobernado Italia en los últimos dos años por la ausencia de mayorías políticas capaces de formar Gobierno y por mandato del siempre diligente Napolitano, la verdadera «autoritas» del país.