El copiloto del avión desaparecido fue quien realizó las últimas palabras que se escucharon desde la cabina, según ha anunciado este lunes el presidente de Malaysia Airlines, Ahmad Jauhari Yahya, mientras los investigadores barajan como plausible el suicidio del capitán o del primer oficial como posible explicación para la desaparición.
Hasta ahora no se ha encontrado ningún resto del vuelo MH370 que desapareció el pasado 8 de marzo con 239 personas a bordo. Los investigadores están cada vez más convencidos de que fue desviado incluso miles de kilómetros de su recorrido por alguien con un profundo conocimiento de los Boeing 777-200ER y la navegación comercial.
Según el presidente de la aerolínea, no está claro cuándo uno de los sistemas de seguimiento automático del avión fue inhabilitado, lo que parece contradecir a lo indicado durante el fin de semana por las autoridades malasias.
Las sospechas de secuestro o sabotaje se intensificaron después de que las autoridades dijeran el domingo que el último mensaje de radio desde el avión --un informal «todo bien, buenas noches"-- fue pronunciado después de que el sistema, conocido como «ACARS», fuera pagado.
«Las investigaciones iniciales indican que fue el copiloto quien habló la última vez que se grabó en la cinta», ha señalado Ahmad Jauhari en rueda de prensa, al ser preguntado sobre quién pronunció esas palabras.
Estas fueron la despedida a los controladores aéreos a la 1:19 horas, cuando el avión abandonaba el espacio aéreo malasio en su vuelo hacia Pekín. La última transmisión del sistema ACARS --un ordenador de mantenimiento que transmite datos sobre el estado del avión-- se recibió a las 1:07 horas, cuando el avión cruzaba la costa noreste de Malasia y se dirigía hacia el golfo de Tailandia.
«No sabemos cuándo el ACARS fue apagado después de eso», ha reconocido el responsable de la aerolínea. «Se suponía que tenía que transmitir 30 minutos después, pero esa transmisión no se produjo», ha añadido.
Datos de satélite sugieren que el avión podría estar en cualquier lugar de dos grandes arcos: uno que se extiende desde el norte de Tailandia a las fronteras de Kazajistán y Turkmenistán, o un arco sur desde Indonesia en el Océano Indico al oeste de Australia.
La investigación, centrada en la tripulación
La falta de restos una semana después y los últimos datos han hecho que los investigadores se hayan centrado ahora en la tripulación y sus posibles antecedentes, en busca de posibles pistas.
El fin de semana, la Policía malasia registró las casas del capitán Zaharie Ahmad Shah, de 53 años, y el primer oficial, Fariq Abdul Hamid, de 27 años, en suburbios de clase media de Kuala Lumpur próximo al aeropuerto.
Entre las cosas que los agentes se llevaron para examinar figura un simulador de vuelo que Zaharie había construido en su casa. Un oficial de la Policía conocedor de la investigación ha dicho que los programas de simulador de vuelo están siendo examinados minuciosamente y que aparentemente son los normales que permiten a los usuarios practicar el vuelo y el aterrizaje en diferentes condiciones.
Un segundo responsable policial conocedor de la investigación ha indicado que no se han encontrado pruebas que vinculen al piloto con ningún grupo radical. «En base a lo que tenemos hasta ahora, no podemos ver la vertiente terrorista aquí», ha afirmado. «Hemos analizado grupos terroristas o extremistas conocidos en el sureste asiático y los vínculos no existen», ha añadido.
Las señales electrónicas entre el avión y los satélites siguieron durante casi seis horas después de que el MH370 abandonó el radio de acción de los radares militares malasios en la costa noroeste, siguiendo una ruta de la aviación comercial a través del mar de Andamán hacia India.
Según Ahmad Jauhari, el avión tenía suficiente combustible para volar unos 30 minutos después de esa última comunicación por satélite.