El secretario general de la OTAN, Anders Fogh Rasmussen, confirmó este viernes que la organización se mantendrá vigilante en las fronteras de sus aliados con Ucrania y no dudará en defender a los países miembros si se ven amenazados.
«Seguiremos vigilantes y preparados para dar todos los pasos necesarios. Nuestra meta es diluir la crisis en nuestras fronteras y no cometer errores: defenderemos a nuestros aliados», enfatizó Rasmussen en una intervención en una conferencia en Bruselas sobre la Alianza Atlántica.
El político danés aseguró que «la agresión militar rusa en Ucrania es la crisis más grave en la UE desde la caída del muro de Berlín», y precisó que no se trata de un «incidente aislado» sino que responde a un «patrón de comportamiento» de Moscú. En concreto, citó los casos de Transnistria (Cisdniéster, región de Moldavia que votó en 2006 su anexión a la Federación Rusa), Abjasia y Osetia del Sur (que se declararon independientes de Georgia en 2008) y «ahora Crimea».
Para Rasmussen, las prioridades de la OTAN consisten en reafirmar el compromiso de defensa colectiva, reforzar el apoyo a Ucrania y en la región y «dejar claro que no podemos seguir como siempre con Rusia». Recordó que, en el caso de que haya alguna amenaza para alguno de los miembros de la organización, la OTAN tiene claro que «nuestro compromiso con aliados es irrompible, ahora y en el futuro». Para ello, la Alianza ha ido enviando más aviones para patrullar el espacio aéreo sobre los países Bálticos y vuelos de vigilancia (AWACS) sobre Polonia y Rumanía.
Por lo que respecta a intensificar la cooperación política y militar con Kiev, Rasmussen abogó por reforzar la capacidad de sus tropas y que el país participe más en ejercicios de la OTAN y sus aliados.
En cuando a las relaciones con Rusia, recordó que la OTAN decidió en 2010 desarrollar «una verdadera asociación con Rusia» y que los aliados siguen pensando que ésa es «la manera correcta de avanzar».
Obama
El presidente de EEUU, Barack Obama, enfocará su gira europea a partir del lunes en profundizar el «aislamiento» de Rusia a raíz de la respuesta de Moscú a la crisis ucraniana y en reforzar las alianzas con el Viejo Continente y Asia.