Al menos 107 personas murieron y 238 resultaron heridas al caer ayer una grúa en el interior de la Gran Mezquita de la ciudad de La Meca, el lugar más sagrado del islam, según las últimas cifras difundidas por la Defensa Civil saudí.
Este grave accidente, provocado por el fuerte temporal de lluvia y viento que azota la zona, tuvo lugar cuando La Meca se prepara para la inminente peregrinación o «hach».
Numerosos cuerpos ensangrentados quedaron tendidos en el suelo de la mezquita, que estaba muy concurrida, como es habitual y sobre todo al tratarse del viernes, el día sagrado para los musulmanes.
Decenas de ambulancias se dirigieron al templo para evacuar a los heridos, en unas labores de rescate en la que participaron equipos de la Defensa Civil, la Media Luna Roja y el Ministerio de Sanidad, que declaró el máximo nivel de alerta en todos los hospitales de La Meca.
La grúa que causó la masacre al romper el techo y traspasar al interior de la mezquita era empleada en las obras que se llevan a cabo para restaurar y ampliar el recinto desde hace cuatro años.
Durante estos trabajos se han producido un par de incendios, el más grave en julio de 2014, cuando sufrieron heridas catorce personas.
La ampliación supone que el recinto pase de ocupar una superficie de 350.000 metros cuadrados a 750.000, de forma que pueda aumentar su capacidad para acoger a cerca de tres millones de fieles.
La «Mezquita Sagrada» o «Masyed al Haram» en árabe es el primer lugar santo del islam y es considerada la más grande del mundo.
En su patio central se ubica la «Kaaba», una pequeña construcción en forma de cubo, cubierta por una tela negra y dorada, en la que se encuentra la piedra negra que los musulmanes consideran un pedazo del paraíso.
Durante el «hach», que está previsto que comience en unos diez días, los fieles deben dar vueltas en torno a la «Kaaba», entre otros rituales.
La peregrinación a La Meca es uno de los cinco pilares del islam, junto a la «shahada» (profesión de fe), la limosna, la oración, y el ayuno en el mes de Ramadán.