El primer ministro de Canadá, Justin Trudeau, se disculpó recientemente por décadas de campaña política por parte de los anteriores gobiernos contra la presencia de homosexuales y transgénero en el Ejército y la Administración, un periodo de la historia canadiense al que ha denominado como una «vergüenza colectiva».
Entre los años 50 y los 90, el Gobierno canadiense interrogó y supervisó a todos aquellos funcionarios públicos que podían ser homosexuales o transgénero. Miles de trabajadores de la Administración, la Policía y el Ejército fueron despendidos o intimidados en el marco de dichas medidas y acabaron finalmente abandonando sus puestos de trabajo.
Durante su discurso ante la Cámara de los Comunes, Trudeau manifestó que tal comportamiento supuso una caza de brujas. «El Gobierno de Canadá utilizó su autoridad con crueldad de forma injusta», aseveró.
«Es una vergüenza y con mucho pesar siento las cosas que se han hecho. Por eso estoy hoy aquí para decir que estábamos equivocados. Lo sentimos. Lo siento. Lo sentimos mucho», aseguró, derramando alguna lágrima durante su parlamento.
Las disculpas del primer ministro forman parte de una serie de comentarios y declaraciones realizadas por el Gobierno durante los últimos dos años en un intento por enmendar los errores históricos cometidos en el pasado.
En septiembre, el dirigente canadiense aprovechó su discurso ante la Asamblea General de Naciones Unidas para reconocer que Canadá había fallado a los pueblos indígenas.