Los padres de Chérif Chekatt, que este martes mató a cuatro personas e hirió a otras doce en Estrasburgo y fue abatido el jueves, han presentado su pésame a las familias de las víctimas y confirmado que su hijo defendía las tesis del grupo yihadista Estado Islámico (EI).
Abdelkrim Chekatt y Rouadja Rouag, divorciados, fueron liberados sin cargos tras haber sido interrogados con motivo de la investigación abierta por la Fiscalía Antiterrorista de París por ese ataque.
En su primera entrevista en libertad, en la cadena «France 2», la madre dijo haberse querido «morir» cuando se enteró de que el autor era su hijo.
Abdelkrim se presentó por su propia voluntad en comisaría cuando sospechó que Chekatt podía estar detrás del ataque.
«Fui para decir que si localizaban a mi hijo me lo dijeran para que fuera a intentar convencerle de que se entregara. Le hubiera dicho 'Chérif, no dispares, soy tu padre', y le habría convencido para que se entregara».
El terrorista, nacido en Estrasburgo hace 29 años, fue abatido el jueves en el barrio de Neudorf de esa ciudad, donde había crecido y vivían sus padres. Allí fue donde se le perdió la pista tras el ataque, después de tomar un taxi en su huida y escapar a tres tiroteos con las fuerzas del orden.
El padre, franco-argelino, dijo haber estado con él tres días antes del atentado e intentó hablar con él por teléfono, sin éxito, mientras estaba fugado.
«Si me hubiera hablado de ese proyecto le hubiera denunciado a la policía para que no matara a nadie ni se hiciera abatir», destacó Abdelkrim, que confirmó que Chekatt simpatizaba con la organización yihadista.
A través de la agencia Amaq, el EI reivindicó el jueves el atentado y afirmó que fue perpetrado por un «soldado» suyo. El padre recuerda que Chekatt le contaba que la banda combatía por un causa justa y aseguraba que no eran asesinos.
«France 2» destaca que Abdelkrim está fichado por los servicios de inteligencia franceses por fundamentalismo religioso. Su hijo también estaba incluido en el archivo «S» de personas susceptibles de representar un peligro para la seguridad del Estado, por radicalización.