Un paciente de Londres ha protagonizado el segundo caso del mundo de remisión del VIH sin antirretrovirales después de año y medio sin tratamiento contra el virus, tratándose nuevamente de «algo único y muy especial», como destaca la coautora del estudio Maria Salgado.
El trabajo, que publica 'Nature', ha sido liderado por un consorcio internacional coordinado por el IrsiCaixa --impulsado por la Generalitat y la Obra Social La Caixa-- y se basa en el caso de un paciente diagnosticado por infección de VIH en 2003, que se ha convertido en el segundo del mundo en remitir el virus, después del conocido como 'paciente de Berlín' en 2009.
Pese a que los líderes del trabajo descartan por el momento hablar de «curación» del VIH apelando a la prudencia, se muestran optimistas sobre el hito alcanzado por abrir la puerta a descifrar mecanismos que intervienen en la curación, destacan el director del IrsiCaixa, Bonaventura Clotet, y el investigador Icrea Javier Martínez-Picado.
La historia del 'paciente de Berlín' ha desencadenado una década de debates intensos en la comunidad científica internacional con decenas de intentos frustrados de replicar una nueva curación, teniendo en cuenta que «actualmente, el VIH se puede tratar, pero no se puede curar», recuerda Martínez-Picado, del IrsiCaixa.
Así, el paciente alemán se ha convertido en «piedra angular» para la consecución de este nuevo logro liderado por el University College de Londres y realizado en el marco del consorcio internacional IciStem, coordinado por la institución catalana.
TRASPLANTE CÉLULAS DE CORDÓN
El paciente de Londres fue diagnosticado en 2012 de un linfoma de Hodgking, por el que se sometió a un trasplante de células madre de cordón en 2016, y se da la circunstancia de que las células del donante tenían una mutación, llamada CCR5 Delta 32, que impide la entrada del virus en las células diana del VIH, tratándose de «algo similar» a lo que vivió el paciente de Berlín, aunque con algunas diferencias.
Después de 16 meses de la operación, los médicos interrumpieron el tratamiento antirretroviral del paciente de Londres: «No hemos sido capaces de captar virus en su plasma 18 meses después», celebra la investigadora.
El trasplante podría provocar un retraso de la aparición del virus, aunque el donante no tenga la mutación que impide la entrada del virus, pero en entre tres y cinco meses, como mucho, el paciente vuelve a registrar carga viral, explican los investigadores.
DIFERENCIAS Y SIMILITUDES
Ambos pacientes comparten «grandes similitudes» como una enfermedad hematológica grave por la que requirieron un trasplante de células madre, si bien también se dan diferencias como el hecho de que el paciente alemán paró el tratamiento justo después del trasplante, mientras que el de Londres lo hizo 16 meses después del mismo.
En el caso del paciente de Berlín se realizaron dos trasplantes, mientras que en el británico solo se produjo uno, y, si en el primer caso, el paciente contaba con dos copias del citado gen mutado --algo que se creía clave--, en el segundo no existían y ha funcionado.
«REMISIÓN TOTAL DEL VIRUS»
Ello confirma que la historia del paciente de Berlín «no fue una simple anécdota y que es posible conseguir una remisión total del virus», asegura Martínez-Picado, que junto al resto de investigadores ha descartado que someter a trasplantes de este tipo a los pacientes del VIH pueda ser una solución, y evidencia que es una estrategia cara, complicada y con muchos riesgos.
Todos ellos han incidido en la importancia de no banalizar una intervención quirúrgica de estas características, que registra una tasa de mortalidad de casi el 50%.
«Por el hecho de superar los 18 meses estamos más cerca de la curación», ha celebrado el investigador Icrea, que ha observado que la prevalencia de dolencias hematológicas en pacientes con VIH es más alta que en el resto de la población, pero antes del trasplante suelen darse estrategias de quimioterapia, trasplante autólogo y, luego, se busca un donante externo.
TRASPLANTE DE 38 PACIENTES CON VIH
El consorcio que coordina el IrsiCaixa ha incluido desde 2014 el trasplante de 38 pacientes de VIH que debían someterse a un trasplante de células madre a causa de una enfermedad hematológica, y 19 de ellos han superado el año después del trasplante, pero a ninguno de ellos se le ha suspendido la terapia antirretroviral.
Clotet subraya la significación del trabajo por arrojar nuevos datos sobre cómo eliminar el reservorio viral, principal causante de que el VIH no se pueda erradicar: «Demostrar que se reducen progresivamente estos escondites del virus en el organismo será crucial para confirmar que estamos aplicando las estrategias correctas para la curación».