El 3 de noviembre de 2020, los ciudadanos estadounidenses acudirán a votar en las elecciones presidenciales, en las que Donald Trump y Joe Biden se disputan el puesto en la Casa Blanca.
Sin embargo, aunque ese día se realiza la votación por parte de los ciudadanos, estos no eligen al presidente y al vicepresidente de forma directa, ya que su sistema electoral es indirecto y está organizado mediante lo que se conoce como Colegio Electoral.
Este Colegio Electoral está formado por 538 compromisarios o electores, elegidos por los ciudadanos, en los que se delega la elección del presidente y vicepresidente. Los miembros del Colegio Electoral votan en cada uno de los 50 estados del país y en el distrito de Columbia al candidato presidencial a mediados de diciembre.
Así, es el día del 15 de diciembre cuando el Colegio Electoral emite los votos definitivos y se determina de forma oficial el ganador de las elecciones presidenciales. Sin embargo, ya en la noche del 3 de noviembre, al hacer el recuento de lo votado por la población, es posible hacerse una idea de quién ganará las elecciones.
Los candidatos a presidente necesitan, al menos, el voto de 270 electores, es decir, más de la mitad, para ganar la elección presidencial. Este dato concreto no se conoce hasta diciembre. De hecho, no siempre gana las elecciones el candidato que más votos populares haya recibido.