La Comisión Europea (CE) presentó este miércoles sus recomendaciones para reabrir gradualmente las fronteras internas de la Unión Europea (UE), con una desescalada en tres fases y corredores seguros entre países con situaciones similares en cuanto a contención de la pandemia.
El objetivo de la Comisión es que ese proceso, de cara a la temporada alta de verano en la UE, donde la industria del turismo representa en torno al 10 % del PIB, se haga «de forma coordinada, concertada y no discriminatoria» y atendiendo a criterios de «proporcionalidad».
Las recomendaciones de Bruselas se presentan después de que varios países hayan ido anunciando sus propias medidas. Francia y el Reino Unido han alcanzado un pacto bilateral para no exigir cuarentenas a quienes transiten entre ambos países, y España aplicará a partir del 15 de mayo una cuarentena de 14 días a los viajeros que lleguen de otros países.
La «caja de herramientas» que propone Bruselas divide las situaciones de los países en tres fases, en función de la libertad de movimientos que permita su situación epidemiológica y contempla aplicar criterios regionales y no sólo nacionales, aunque no cuarentenas.
Las «restricciones generales» a la libre circulación «deberían reemplazarse por medidas más específicas», según Bruselas, que subraya que esos cortafuegos, en cualquier caso, deberían de ser flexibles e incluir «la posibilidad de reintroducir ciertas medidas si la situación epidemiológica lo requiere».
«Lo que recomendamos es que cuando tomen decisiones, lo hagan en función de unos ciertos criterios, por ejemplo, la capacidad sanitaria» de forma que los países sean capaces de asumir nuevos casos, señala Bruselas.
La CE pide también que esos criterios se actualicen a través de la «vigilancia y el seguimiento» y de la evolución de la situación en cada país y la «capacidad de rastreo» de los contagios, aunque sugiere que las aplicaciones informáticas de rastreo sean «voluntarias» y no obligatorias, al tiempo que destaca la importancia de la coordinación entre éstas.
En la primera fase, la movilidad estaría restringida en los niveles actuales. El cambio de fase para entrar en los estadios que permitirían moverse entre países con situaciones similares. Bruselas confía en la información que aporten los Estados miembros sobre su propia realidad, pese a que no hay una armonización de criterios para medir el impacto de la pandemia y cada país utiliza su propia metodología.
Será la Agencia para el Control de Enfermedades de Europa (ECDC) la que, en función de la información aportada por los Estados, elabore la lista de países y fases.
En el segundo peldaño, entre los países que se encuentren en la misma fase, la movilidad debería estar garantizada, si bien los medios de transporte jugarán un papel clave.
Si las conexiones fueran entre Alemania y Grecia, ponen como ejemplo fuentes europeas, los desplazamientos deberían de hacerse en avión para evitar cruzar países que no estuvieran alineados entre sí.
La tercera fase supondría restaurar la normalidad del espacio Schengen.
Turismo y transporte
Bruselas recomienda que se utilice mascarilla en todos los medios de transporte y respetar la distancia de seguridad, así como habilitar «protocolos adecuados en caso de pasajeros que presenten síntomas de coronavirus».
El Ejecutivo comunitario propone protocolos sanitarios para hoteles y establecimientos similares, así como reforzar las medidas de higiene y exigir distanciamiento social en las áreas comunes y también garantizar una buena ventilación de los espacios cerrados.
En el caso específico de los aviones, y teniendo en cuenta que en los últimos días ha habido vuelos casi llenos, desde Bruselas reconocen que hay sitios donde es difícil guardar las distancias de precaución.
Pero subrayan que se pueden «aplicar protocolos de salud adicionales» en los que Bruselas está trabajando con los Estados miembros y las agencias y organismos concernidos. Se publicarán orientaciones «un par de días después» de la recomendación general.
Bruselas valida de nuevo en sus recomendaciones que las aerolíneas y otras empresas de transporte aquejadas de fuertes problemas de liquidez ofrezcan cupones de viaje a los pasajeros cuyos vuelos hayan sido cancelados por la pandemia, en vez del reembolso del dinero en efectivo. Propone que el Estado en cuestión haga de garante de los cupones y pide a las asociaciones de consumidores que apoyen la medida.
No obstante, la normativa de derechos de los pasajeros sigue permitiendo que el viajero reclame el dinero.
«Estamos ayudando al turismo europeo a recuperar el rumbo mientras sea saludable y seguro. Hoy proponemos un enfoque europeo común para gestionar lo que seguirá siendo una difícil temporada de verano 2020, mientras nos preparamos para un ecosistema de turismo más sostenible y digital en el futuro», resumió el comisario de Mercado Interior, Thierry Breton.