El exagente de la Policía de Mineápolis Derek Chauvin ha sido sentenciado este viernes a 22 años y seis meses de prisión por la muerte del ciudadano afroamericano George Floyd, cerrando así uno de los episodios de violencia racial más mediáticos.
Chauvin, para quien la acusación había pedido 30 años de cárcel, se ha dirigido a la familia de Floyd antes de la lectura de su sentencia para mostrarles sus condolencias y esperar que después de todo obtengan «algo de paz».
«En este momento, debido a algunos asuntos legales adicionales, no puedo dar una declaración formal completa. Quiero dar mis condolencias a la familia Floyd. Habrá alguna otra información en el futuro que será de interés y espero que obtengan algo de paz interior», ha expresado Floyd.
Posteriormente a estas palabras, el juez de la corte de distrito del condado de Hennepin, Peter Cahill, ha comenzado la lectura de la sentencia subrayando previamente que ésta no ha sido tomada en base a «emociones» o simpatías».
«Al mismo tiempo quiero reconocer el profundo y tremendo dolor que sienten todas las familias, especialmente la familia Floyd. Tienen nuestras condolencias. Ha sido doloroso para todo el condado de Hennepin, para todo el estado de Minesota y para todo el país, pero lo más importante es reconocer el dolor de la familia Floyd», ha expresado Cahill.
Ante de que tomara la palabra, lo han hecho cuatro familiares de Floyd, entre ellos su hija de 7 años, cuyo testimonio ha sido reproducido en vídeo en la sala del tribunal. Los hermanos de la víctima han pedido la pena máxima para Chauvin. «El asesinato de George, su juicio y todo lo demás, ha sido trágico y devastador. Nuestra familia está rota para siempre», ha dicho uno de sus sobrinos.
Por su parte, la madre de Chauvin declaró que su hijo es «un buen hombre» y cuando se dictara sentencia contra él, también se le estaría sentenciando a ella.
Algunas de las primeras reacciones tras conocerse la sentencia han coincidido en resaltar que esperan que sirva como punto de inflexión para seguir continuando en la lucha por los derechos civiles y contra la violencia racial y policial.
La sentencia dictada «muestra que los asuntos de brutalidad policial finalmente se están tomando en serio (...). Sin embargo, tenemos un largo camino por recorrer y muchos cambios que hacer antes de que las personas de raza negra sientan que las fuerzas del orden público de este país los tratan de manera justa y humana», ha expresado Bridgett Floyd, hermana de la víctima.
En ese sentido han ido también las palabras del fiscal general de Minesota, Keith Ellison, quien ha manifestado que confía en que este episodio permita a Estados Unidos seguir avanzando hacia un «cambio social real». Al mismo tiempo, espera que la sentencia le sirva a Chauvin «para aprender algo sobre el hombre cuya vida quitó y sobre el movimiento que pide justicia por su muerte».
Por su parte, el abogado de la familia Floyd, Ben Crump, ha señalado que la sentencia «representa un punto de inflexión para Estados Unidos», pues se trata de «la condena más larga a la que un agente ha sido sentenciado en la historia del estado de Minesota».
«Esto no debería ser la excepción cuando una persona negra es asesinada brutalmente por la Policía. Debería ser la norma», ha recalcado Crump, quien también ha leído un comunicado en el que la familia valora la sentencia como «un paso más hacia el consuelo» que ofrece cerrar el caso y depurar responsabilidades.
Por su parte, el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, ha conocido la sentencia en la Casa Blanca a través de los periodistas, quienes le han pedido su opinión al respecto. «No conozco todas las circunstancias que se han tenido en cuenta, pero me parece que, según las pautas, parece lo apropiado», ha dicho.
Antes de que se conociera la sentencia, el juez Cahill, ya había denegado el último intento de la defensa para que se celebrara un nuevo juicio con el argumento de que tanto el jurado popular que en abril declaró culpable a Chauvin de todos los cargos de asesinato por la muerte de Floyd como el proceso habían estado viciados.
El abogado de Chauvin, Eric Nelson, argumentó que su cliente no había tenido derecho a un juicio justo, pues, entre otras cuestiones, el jurado popular «actuó incorrectamente» durante todo el proceso debido a «amenazas» e «intimidaciones», así como por la «presión por motivos raciales» del caso.
Los doce integrantes del jurado popular señalaron en abril que Chauvin era culpable de asesinato involuntario en segundo grado, de asesinato en tercer grado y de homicidio en segundo grado por la muerte de Floyd en mayo de 2020.
Al no contar con antecedentes, Chauvin no se ha enfrentado a penas de prisión de hasta 40 años por asesinato involuntario en segundo grado, de hasta 25 años por asesinato en tercer grado y de hasta 10 años por homicidio en segundo grado.
Floyd fue detenido en mayo de 2020 a la salida de un establecimiento por haber utilizado un billete falso para pagar un paquete de cigarrillos. Durante el operativo, fue esposado y colocado en el suelo sobre su pecho.
Chauvin clavó su rodilla sobre el cuello de la víctimas durante nueve minutos, pese a los avisos de que no podía respirar. Su muerte, registrada en un vídeo que dio la vuelta al mundo, generó una ola de indignación a nivel global, con movilizaciones y marchas que en ocasiones derivaron en disturbios, y puso nuevamente sobre la mesa el racismo de las instituciones estadounidenses.