Donald Rumsfeld, que fue secretario de Defensa de EEUU en dos ocasiones y tuvo un papel clave en la invasión de Irak en 2003, falleció a los 88 años, informó este miércoles su familia en un comunicado.
Junto al exvicepresidente Dick Cheney, Rumsfeld formó el núcleo duro de «halcones» que impulsaron la guerra de Irak hace casi dos décadas, durante la Administración de George W. Bush (2001-2009).
«Con profunda tristeza, informamos de la muerte de Donald Rumsfeld, un estadista estadounidense y devoto marido, padre, abuelo y bisabuelo», que falleció «rodeado de su familia en su querido Taos» (Nuevo México), donde vivía, indica el comunicado, publicado en la cuenta de Twitter del exsecretario de Defensa.
La causa de muerte fue un mieloma múltiple, un tipo de cáncer de médula ósea que afecta a las células plasmáticas y que suele aparecer en personas de edad avanzada, dijo un portavoz de la familia, Keith Urbahn, al diario The New York Times.
Rumsfeld dirigió el Pentágono entre 1975 y 1977, con el republicano Gerald Ford como presidente, y de nuevo entre 2001 y 2006, cuando Bush estaba en el poder.
En ese segundo periodo, Rumsfeld supervisó la invasión de Afganistán en 2001, que dio comienzo a la guerra más larga de la historia de Estados Unidos, y después la de Irak en 2003.
Fue en esos años cuando Rumsfeld se convirtió en una figura polémica en Estados Unidos y el resto del mundo, criticado por su belicismo y su acusación a Irak de tener armas de destrucción masiva, que luego resultó ser falsa.
Incluso después de dejar el cargo, Rumsfeld siempre justificó las decisiones que tomó el Gobierno de Bush en materia de Defensa, desde el asesinato del presidente Sadam Husein en Irak a las polémicas prácticas en la base de Guantánamo (Cuba), donde se cometieron torturas a los sospechosos de terrorismo.
Su familia aseguró en el comunicado que la historia le recordará por «los extraordinarios logros de sus seis décadas de servicio público», y destacó también su «inquebrantable amor» a su familia y la «integridad que aportó a una vida dedicada a su país».
En un comunicado, el expresidente Bush expresó su pesar por la muerte de Rumsfeld, al que describió como «un servidor público ejemplar y un muy buen hombre» con «una energía casi inagotable». «Estados Unidos está más seguro y es mejor gracias a su servicio», opinó Bush.