Italia trata de sofocar el grave incendio que se extiende por el oeste de la isla de Cerdeña, que ha arrasado con más de 20.000 hectáreas de terreno, y recibe el apoyo aéreo de otros países europeos como Francia y Grecia.
El fuego se declaró en la provincia de Oristán y ha hecho que más de 1.500 personas hayan tenido que abandonar sus casas, además de destruir bosques y granjas.
Los bomberos italianos retomaron este lunes por la mañana las labores para tratar de controlar las llamas y para ello contaron con el apoyo aéreo de cinco aviones Canadair proporcionados por la Dirección General de Protección Civil y Ayuda Humanitaria de la Unión Europea.
El incendio, cuya causa por el momento se desconoce, se originó en la noche del pasado viernes en una zona boscosa del monte Montiferru y enseguida se agravó por el viento y las altas temperaturas, alcanzado rápido los pueblos cercanos, como Santu Lussurgiu, Cuglieri, Tresnuraghes, Frossio, Sennariolo o Usellus.
Una de las posibilidades que baraja la Fiscalía es que derive de otro incendio aquel día, causado por un coche en llamas, que no fue apagado correctamente, según recogen los medios.
El Gobierno regional de Cerdeña ha declarado el estado de emergencia y considera que los daños son «incalculables».
Por eso, ha pedido al Ejecutivo nacional que ayude a las poblaciones afectadas desembolsando fondos del Plan de Recuperación contra la pandemia de coronavirus dedicados a la reforestación.