El primer ministro británico, Boris Johnson, dijo este lunes que «se reserva la posibilidad» de ordenar nuevas restricciones sociales en el Reino Unido para frenar la expansión de la variante ómicron de coronavirus, aunque no de manera inmediata. En declaraciones a la prensa, el jefe del Gobierno explicó que se estudian todos los datos que surgen sobre ómicron «hora a hora», por lo que todavía no se puede determinar cuáles serán los próximos pasos. «Desafortunadamente, debo decir a la gente que tenemos que reservarnos la posibilidad de tomar nuevas medidas para proteger a la ciudadanía, la salud pública y el NHS (sistema sanitario)», declaró Johnson.
Estas declaraciones llegan en un día en que la cifra de nuevos positivos por covid ha sobrepasado los 91.000 y cuando rigen en el país restricciones, como la obligatoriedad de mascarilla en muchos sitios públicos o el certificado covid para eventos multitudinarios, que el Parlamento aprobó la semana pasada pese al rechazo de casi un centenar de diputados conservadores. Para Johnson, a la vista de las incertidumbres sobre la letalidad de ómicron, debe revisarse constantemente la situación, aunque «no dudará» en tomar acciones si cree que son necesarias. Tras insistir a los británicos que la mejor forma de combatir la nueva variante es recibir una dosis de refuerzo de la vacuna, recordó que ya solo aprobar el llamado «plan B» con las nuevas medidas de distanciamiento social le supuso el rechazo de gran parte de su partido.
Además, se defendió de la nueva fotografía que ha divulgado la prensa británica, en la que se le ve junto a su mujer y varios miembros de su equipo bebiendo vino y comiendo queso en los jardines de Downing Street en mayo de 2020, en una posible vulneración de las reglas anticovid que regían entonces. «Eso son reuniones de gente en el trabajo, hablando sobre trabajo, y es fundamental que nos centremos en los mensajes que estamos intentando trasladar hoy», dijo el «premier» conservador al respecto.