Las autoridades de París y Bruselas han prohibido la movilizaciones de camioneros convocadas para este viernes y el lunes y que, bajo la denominación de «convoy de la libertad», pretendían imitar las protestas desencadenadas en Canadá contra las restricciones en vigor para combatir la pandemia de COVID-19. Varios convoyes partieron el miércoles de Niza, Bayona y Perpiñán para confluir el viernes en la capital gala y moverse luego a Bruselas. La Prefectura de Policía entiende que es una «manifestación no declarada» y recuerda que el objetivo declarado es «bloquear» París.
La prefectura, que teme problemas de orden público, ha recordado en un comunicado que la organización de una protesta ilegal se castiga con seis meses de cárcel y 7.500 euros de multa. Asimismo, ha advertido de que interrumpir la circulación conlleva hasta dos años de cárcel y 4.500 euros de multa. La Policía ha señalado que responderá con «firmeza» a cualquier posible desafío de la orden y ha anunciado que establecerá un dispositivo específico para evitar bloqueos e interceptar a quienes hagan caso omiso de la ilegalización y secunden la protesta de camioneros.
Las autoridades belgas también se han adelantado e impedirán las concentraciones de vehículos en la capital, ha anunciado presidente de la región de Bruselas, Rudi Vervoort, que ha confirmado en un comunicado la coordinación entre distintas administraciones para impedir un potencial «bloqueo». La Policía Federal establecerá controles para vigilar los vehículos que se dirijan hacia Bruselas por las principales vías, ha explicado Vervoort en un comunicado. Francia y Bélgica temen que se puedan replicar movilizaciones como las de Canadá, que han provocado graves bloqueos en Ottawa, donde incluso se ha declarado un estado de emergencia. El éxito de esta movilización ha inspirado protestas en otra parte del mundo, como por ejemplo en Nueva Zelanda.