La Casa Blanca ha asegurado este martes que el reconocimiento de la independencia de las regiones ucranianas de Donetsk y Lugansk supone «el comienzo de una invasión», utilizando ya un término que durante semanas ha supuesto para Washington la línea roja que desencadenaría sanciones sin precedentes. «Creemos que esto es, sí, el comienzo de una invasión. La invasión más reciente de Rusia a Ucrania», ha dicho el asesor adjunto de Seguridad Nacional de la Presidencia norteamericana, Jon Finer, en una entrevista con la cadena CNN.
En este sentido, e interrogado por los matices sobre el término utilizado, ha sentenciado que «una invasión es una invasión y eso es lo que está ocurriendo». No obstante, también ha señalado que Rusia lleva excediéndose desde el año 2014, cuando se anexionó la península de Crimea. El decreto suscrito el lunes por el presidente ruso, Vladímir Putin, abre la puerta al envío de tropas al este de Ucrania, bajo el pretexto de una misión de paz. El Ministerio de Exteriores de Rusia ha matizado este martes que, «por ahora», no hay ningún despliegue.
El presidente de Ucrania, Volodimir Zelenski, ha evitado utilizar el término invasión y, de hecho, en su discurso a la nación de madrugada aseguró que el decreto de Putin simplemente «legalizaba» a las tropas rusas que ya están sobre el terreno ayudando a los rebeldes separatistas.