Los jefes de Estado y de Gobierno de la Unión Europa (UE) iniciaron en la noche de este jueves una cumbre destinada a responder a la invasión militar rusa de Ucrania y a acordar un nuevo paquete de sanciones dirigidas a sectores estratégicos de la economía rusa. Los líderes de los Veintisiete condenaron de forma unánime la agresión rusa y se mostraron dispuestos a responder con la máxima dureza a su llegada a una reunión extraordinaria que fue convocada ayer, antes del ataque, a raíz del reconocimiento de Moscú a los separatistas del este de Ucrania que le valió una primera ronda de sanciones.
El primer ministro polaco, Mateusz Morawiecki, llamó a abandonar la «ingenuidad» y actuar de forma «decisiva» y «unida» para adoptar sanciones «masivas» que «detengan» al presidente ruso, Vladimir Putin, y eviten que el líder ruso «cruce otro rubicón». «Tenemos que pararlo. Si Europa quiere ser relevante tenemos que actuar muy, muy rápido, porque si no vamos a derrumbarnos. Es un momento crítico para la historia de la UE y de Europa», advirtió. En la misma línea, el presidente lituano, Gitanas Nauseda, llamó a emplear «todo el poder de disuasión» de la UE y a adoptar sin dilación un amplio abanico de sanciones económicas, financieras y en energía. «Lo importante es que los Estados miembros estén unidos, que estemos decididos a encontrar una rápida decisión que represente una reacción a la lesión flagrante de Rusia a la población de Ucrania», dijo el canciller alemán, Olaf Scholz. Añadió que Rusia «ha decidido llevar a la guerra a Ucrania, pero no la ganará» puesto que los europeos y ucranianos «quieren paz, Estado de derecho y democracia».
Las sanciones que estudiarán los Veintisiete contemplarían congelar activos rusos en territorio europeo, cortar el acceso de los bancos a los mercados financieros comunitarios o bloquear el acceso de Moscú a tecnologías clave, con el fin de minar su base económica. Algunos socios comunitarios abogan además por dejar de emitir visados para ciudadanos rusos o por sacar a las entidades del país del sistema internacional SWIFT de comunicación para transacciones financieras, aunque esta última medida podría dejarse para más adelante, según fuentes europeas. El primer ministro esloveno, Janez Jansa, llamó a que las sanciones que se adopten hagan sentir a Rusia que «el precio que pagan es significativo» e instó a «ayudar al Gobierno de Ucrania a defenderse» y enviar al país asistencia «humanitaria, económica y militar». Asimismo, conminó a sus socios a dar a Ucrania una «perspectiva real en la UE», tal y como pidieron también los países bálticos y Polonia.
También a su llegada, el luxemburgués Xavier Bettel reconoció que pueden pasar «días o semanas» hasta que Moscú sufra las consecuencias de las sanciones comunitarias, pero son la única forma del bloque de ejercer «presión política» sobre Putin. «No podemos tener temas tabú», dijo sobre la negociación de unas sanciones que habrá que encontrar «juntos» y con los aliados de la OTAN. La primera ministra estonia, Kaja Kallas, se mostró partidaria de que la UE no se guarde ninguna posibilidad de castigo para más adelante y apruebe esta noche un paquete completo de medidas que tenga tanto efectos «disuasorios» como de «castigo». «Tenemos que hacer todo lo posible para apoyar a Ucrania con herramientras prácticas, ayuda militar, apoyo financiero. Políticamente, hay que dar señales fuertes de que las puertas de la UE y de la OTAN no se cierran», para Ucrania, dijo Kallas. El primer ministro de Letonia, Krisjanis Karins, aseguró que la historia «ha visto antes, en la II Guerra Mundial, a un autócrata iluso creando miseria para millones». «Estamos viendo lo mismo hoy (...) Si no nos levantamos ante eso, ¿qué es lo que defendemos?», se preguntó. Las sanciones que adopten por los líderes de los Veintisiete, que se perfilan como las más duras adoptadas en la historia de la UE, serán tramitadas mañana por los ministros europeos de Exteriores en un consejo extraordinario.