Séptimo día de invasión rusa de Ucrania: los rusos han lanzado paracaidistas en Járkov, la segunda ciudad más importante de Ucrania, mientras en la capital, Kiev, los habitantes aguardan con mucha incertidumbre una posible ofensiva rusa, aunque la madrugada ha sido tranquila. «Un grupo de paracaidistas han sido desplegados en Járkov. Los ocupantes han atacado el hospital, la Clínica Médica Militar de la Región Norte», ha dicho el Ejército ucraniano a través de su cuenta en la red social Facebook, antes de agregar que «ha estallado una batalla entre los invasores y los defensores ucranianos».
Asimismo, ha manifestado que esta llegada de paracaidistas «ha tenido lugar en un momento en el que sonaban las alarmas antiaéreas en Járkov y en toda la región». A primera hora del día se han registrado además ataques con artillería contra el centro de la ciudad en los que han sido alcanzados la principal comisaría de Járkov y un edificio universitario, sin que por ahora haya informaciones sobre víctimas.
El ataque contra la comisaría ha provocado un incendio que se ha propagado a edificios residenciales colindantes, según ha indicado el Servicio Estatal de Emergencia. «Los equipos de rescate están trabajando en el lugar. Se está determinando el número de víctimas y la destrucción», ha reseñado. Estos ataques llegan un día después de que las fuerzas rusas atacaran un edificio administrativo en la principal plaza de la ciudad y una torre de comunicaciones. El presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, afirmó tras los ataques que se trataba de «crímenes de guerra» y «terrorismo de Estado».
Por otra parte, la madrugada de este miércoles, el presidente estadounidense, Joe Biden, prometió que hará «pagar un precio» por la invasión de Ucrania a su homólogo ruso, Vladímir Putin, y que conseguirá «salvar la democracia» de los retos que enfrenta dentro y fuera de Estados Unidos. La guerra en Ucrania centró parte del primer discurso de Biden sobre el estado de la Unión, en el que anunció su decisión de cerrar el espacio aéreo de Estados Unidos a las aerolíneas rusas, como han hecho Canadá y la Unión Europea (UE). «Putin está más aislado que nunca del resto del mundo», proclamó el mandatario ante los legisladores de ambas cámaras del Congreso estadounidense.