El caudillo checheno Ramzán Kadyrov ha reaparecido en las últimas horas y se confirma lo que ya se había anticipado anteriormente: el presidente y principal señor de la guerra de Chechenia sigue muy de cerca los progresos de la invasión de Ucrania decretada por Vladímir Putin. Las últimas imágenes disponibles de Kadyrov lo sitúan en una reunión con los comandantes del octavo ejército combinado del Distrito Militar del Sur y unidades de fuerzas especiales de la Guardia Nacional chechena en un centro de operaciones sin localizar, en el curso del conflicto en la ciudad de Mariúpol, asediada desde hace tiempo por las tropas rusas.
Antes de eso se compartieron unas imágenes en las redes sociales en las que se podía apreciar al presidente checheno visitando a milicianos heridos. Recientemente las autoridades locales de Mariúpol destacaron que al menos 5.000 personas han muerto, incluidos 210 niños, desde que comenzó la invasión en la ciudad, una de las más asediadas en todo el país por los bombardeos. Unas 160.000 personas permanecen todavía en Mariúpol, ciudad al sur del país bloqueada en todas direcciones por los destacamentos rusos que no permiten que se aproxime ayuda humanitaria desde el exterior.
Las autoridades locales de Mariúpol han informado, además, de daños estructurales en cerca de 5.000 casas, lo que representa el 90 por ciento del parque total de viviendas de la ciudad donde las personas siguen atrapadas sin servicios básicos, como agua corriente, luz o calefacción. Además, más de 60.000 viviendas del sector privado han resultado dañadas, según ha recogido el portal de noticias ucraniano Babel.
Desde la Oficina del Alto Comisionado para los Derechos Humanos de Naciones Unidas (OHCHR) recomiendan tomar los datos de heridos y víctimas mortales con total precaución, puesto que en lugares como Mariúpol la recepción de información se ha desarrollado en mitad de intensas hostilidades, por lo que la actualización de los balances se ha retrasado y muchos informes están aún pendiente de corroboración.