El estado de las cosas se mueve en el Báltico, tras el primer paso dado por Finlandia solicitando su pronta integración en el bloque de Estados Unidos, Reino Unido, Europa y sus aliados. En este sentido la ministra de Exteriores sueca, Ann Linde, ha valorado como «importante» el respaldo del presidente y de la primera ministra finesa, Sauli Niinisto y Sanna Marin, respectivamente, a la adhesión a la OTAN, aunque ninguno de los dos países ha dado todavía el paso formal definitivo. «Suecia decidirá después de que se haya presentado el informe sobre consultas de políticas de seguridad», ha explicado Linde en Twitter, donde ha declarado que su nación «tiene en cuenta» las valoraciones que pueda hacer la vecina Finlandia.
No en vano, considera a este país «su mayor aliado en materia de seguridad y defensa» y todo apunta a que ambos irán de la mano hacia la Alianza Atlántica, en un proceso que podría acelerarse para contrarrestar la potencial amenaza que representa Rusia. También la primera ministra danesa, Mette Frederiksen, cuyo país ya es miembro de la Alianza Atlántica, ha aplaudido el «contundente» mensaje de los principales líderes de Finlandia y ha asegurado que Dinamarca les dará una «calurosa bienvenida» en la OTAN. «Dinamarca hará todo lo posible para apoyar un proceso de solicitud rápido después de la solicitud formal», que aún está pendiente, ha dicho Frederiksen.
Recordemos que la propia OTAN ya puso en su día sobre la mesa que una futura solicitud de adhesión de Suecia y Finlandia sería tramitada con la máxima celeridad, en el actual contexto bélico. Todo ello incrementa la importancia de la inminente cumbre de la alianza atlántica que tendrá lugar este próximo mes de junio en España. Suecia por el momento no se pronuncia públicamente, aunque lo cierto es que desde semanas antes del inicio de la guerra de Vladímir Putin en Ucrania el país escandinavo ha reforzado sus posiciones en las zonas más expuestas, principalmente en la Isla de Gotland.