La ONG Human Right Watch (HRW) ha denunciado este jueves las torturas y los malos tratos que habrían sufrido tres mujeres afganas detenidas por protestar contra los abusos de los talibán. Según el testimonio que las mujeres han ofrecido a la organización, estas han experimentado amenazas, palizas, condiciones peligrosas de reclusión así como negación del debido proceso judicial. Además, las autoridades habrían agredido y aplicado descargas eléctricas a los familiares varones de las mujeres, hechos que arrojan luz sobre el trato de los talibán a las mujeres manifestantes bajo custodia y los esfuerzos de estos por silenciar el movimiento de protesta.
«Es difícil exagerar la increíble valentía de estas y otras mujeres afganas que protestan contra los abusos de los talibán», ha sostenido la directora adjunta de derechos de la mujer de HRW, Heather Barr. «Las historias de estas mujeres muestran cuán profundamente amenazados se sienten los talibán por sus actividades, y hasta dónde llegan estos para tratar de silenciarlos», ha añadido.
Los talibán, según la ONG, arrestaron arbitrariamente a las tres mujeres durante una única redada en una casa de seguridad en Kabul en febrero de 2022. Las autoridades las retuvieron a ellas y a sus familiares durante varias semanas en el Ministerio del Interior en aparente represalia por su participación en la planificación y participación de protestas por los derechos de las mujeres. Después de su liberación, pudieron huir del país. Tamana Paryani, una de las primeras manifestantes en ser detenida arbitrariamente bajo el Gobierno talibán, se grabó a sí misma cuando los talibán irrumpieron en su casa por la noche buscándola, y después publicó rápidamente el video en las redes sociales.
«No los conocía bien, pero entonces me dio miedo», ha sostenido Paryani. «Me desperté por la noche y todo mi cuerpo temblaba. Teníamos mucho miedo. Sabíamos que nos arrestarían», ha detallado. Las tres mujeres han descrito haber sido retenidas inicialmente en una habitación individual estrecha y sofocante con un total de 21 mujeres y 7 niños durante cinco días, sin prácticamente comida ni agua ni acceso a un baño.
Los talibán las retuvieron durante varias semanas y las interrogaron abusivamente, sin permitirles el acceso a un abogado u otros derechos del debido proceso, obligándolas a confesar a la fuerza y torturándolas severamente.
Asimismo, las autoridades afganas obligaron a las familias de las tres mujeres a entregar los títulos originales de sus propiedades como precio de liberación, con la amenaza de que los talibán confiscarían la propiedad si las mujeres volvían a meterse en problemas. Por ello, la organización ha hecho un llamamiento a los talibán a liberar «de inmediato» a todas las personas detenidas por ejercer su derecho a la libertad de expresión y protesta pacífica.
«Deben respetar los derechos de todos a la reunión pacífica y la libertad de expresión, incluidos los periodistas que cubren las protestas. Deben poner fin a todas las detenciones arbitrarias, garantizar el debido proceso, incluida la acusación inmediata de los sospechosos bajo custodia ante un juez independiente y proporcionar acceso inmediato a un abogado», ha expresado HRW en un comunicado.
También han solicitado a las autoridades talibán que retengan a las personas en conformidad con las reglas mínimas para el tratamiento de los reclusos de la ONU, aludiendo a que toda persona responsable de tortura u otros malos tratos «debe ser investigada imparcialmente y enjuiciada debidamente». «Las mujeres y niñas afganas se han enfrentado a algunas de las consecuencias más duras del régimen talibán y han liderado la difícil lucha para proteger los derechos en Afganistán», ha sostenido Barr. «Desafortunadamente, sus súplicas a la comunidad internacional para que los apoye no han sido respondidas», ha advertido.