Avdiivka, en el óblast de Donetsk (Ucrania), ha sido una de las localidades más golpeadas por la guerra, no solo últimamente sino desde el inicio de la invasión decretada por Vladímir Putin el pasado 24 de febrero. En una zona donde los combates forman parte del día a día las gentes podrían estar acostumbradas al luto, pero a ciertas cosas resulta difícil acostumbrarse. Esta es la historia de Elya, una niña de 6 años a la que se le paró el corazón y murió tras haber pasado buena parte de los últimos once meses encerrada en el sótano por miedo a los bombardeos.
Su historia ha calado hondo en las conciencias del lugar, y la embajada de Ucrania en Italia ha difundido su triste y fatal desenlace. Cuentan que la vida de la niña cambió cuando los tanques y los aviones empezaron a atacar a su país. Desde los primeros ataques aéreos y de artillería Elya cambió el colegio y los parques por los refugios, donde pasaba buena parte del tiempo, como tantos otros niños en un país en guerra. Su pueblo, Avdiivka, se encuentra a unos cinco kilómetros de la línea del frente, por lo que los 'daños colaterales' son frecuentes y la tensión bélica se percibe en el aire.
«El estrés constante fue demasiado», dicen los medios sociales ucranianos, que comparten una historia particular pero simbólica del sufrimiento al que está sometida su nación. De hecho en las últimas jornadas Donetsk vuelve a ser noticia, por las ofensivas rusas sobre las localidades de Soledar y Bakhmut, paso previo a garantizarles una vía franca para asaltar los principales baluartes ucranianos de la región.
El pasado 10 de enero, con las Navidades ortodoxas recién celebradas, el pequeño corazón de Elya dijo basta y la niña murió de lo que aparentemente fue un infarto. Las redes sociales se han llenado de palabras de amor para la niña y sus allegados y críticas a la ofensiva rusa en el país vecino. Descanse en paz.