Duane Owen, condenado a muerte por los asesinatos de dos mujeres en 1984, será ejecutado este jueves en Florida, después que fueran denegadas dos apelaciones de sus abogados para suspender la ejecución por problemas mentales graves. Tanto el juez Clarence Thomas, de la Corte Suprema de EE.UU., como el juez de distrito del sur de Florida Rodney Smith rechazaron el miércoles los recursos presentados por la defensa, que antes había apelado a otras instancias con iguales resultados.
Si no sucede algo imprevisto, Owen, de 62 años, recibirá una inyección letal esta tarde a las 18.00 horas (22.00 GMT) en la prisión estatal del condado Bradford, en el norte de Florida. Un equipo de tres psiquiatras nombrados por el gobernador de Florida, Ron DeSantis, para evaluar la salud mental del condenado determinó en mayo pasado que estaba «fingiendo» una enfermedad mental grave, pero la defensa siguió alegando que sus problemas son «reales» -esquizofrenia y demencia entre otros- y que, según la Constitución, está inhabilitado para la pena capital.
«A Florida le interesa poco que las sentencias se cumplan de manera justa y eficiente, pero Owen (...) tiene derecho a que la suya se ajuste a la Constitución», dijeron los abogados defensores en la apelación presentada al juez de la Corte Suprema Thomas Clarence, según informó el martes el medio Florida Phoenix.
Ese derecho incluye «la capacidad de tener una revisión judicial significativa de los complejos reclamos constitucionales que ha planteado oportunamente», agregaron en una mención a que también alegan que se le denegó el debido proceso. Previamente siete jueces de la Corte Suprema de Florida votaron en contra de suspender la ejecución de Owen y rechazaron otras peticiones de la defensa, incluida una para que se hicieran al preso unas pruebas de imágenes para determinar el estado de su cerebro. Owen fue condenado por los asesinatos de Karen Slattery, una estudiante de 14 años, que fue apuñalada y luego abusada sexualmente, y Georgianna Worden, madre de dos hijos, que fue atacada con un martillo y violada.
Fueron dos hechos ocurridos en el condado floridano Palm Beach en 1984, con una diferencia de unas pocas semanas entre uno y otro, y que Owen confesó haber cometido cuando fue detenido ese mismo año. Los casos se juzgaron por separado y recibió condenas a muerte en ambos juicios.
Si Owen es ejecutado será la cuarta ejecución del año y la número 103 desde que 1976 se restableció la pena capital en Florida, donde actualmente hay casi 300 presos en el «corredor de la muerte».
La Conferencia de Obispos Católicos de Florida (FCCB) solicitó el 31 de mayo al gobernador DeSantis que suspendiera la ejecución de Owen y conmutase su sentencia a cadena perpetua sin libertad condicional, pero su petición no fue atedida. Según un comunicado de la web episcopal, los fieles católicos y los miembros de la comunidad está llamados a participar en una serie de vigilias «para orar por el Sr. Owen, sus víctimas y sus familias, por nuestra sociedad, que continúa imponiendo violencia a cambio de violencia, y por el fin del uso de la pena de muerte».