El alto representante de Asuntos Exteriores y Política de Seguridad de la Unión Europea, Josep Borrell, ha iniciado este sábado una visita sorpresa a Ucrania comenzando por la catedral de la Transfiguración de la ciudad de Odesa, emblema de los daños causados por los bombardeos rusos contra la población y los sitios históricos de la ciudad, en julio pasado.
«Odesa, esta hermosa ciudad, debería ocupar titulares por sus actividades culturales, por su vibrante sociedad multiétnica, por su historia. Pero lo está por esta barbarie», ha declarado Borrell, en un mensaje publicado en las redes sociales, ante los escombros del interior de la catedral.
«Estoy atestiguando aquí las consecuencias de esta guerra, del alto precio que Odesa y Ucrania están pagando», ha lamentado Borrell, antes de condenar la anexión rusa de cuatro regiones ocupadas del este de Ucrania -Jersón, Zaporiyia, Donetsk y Lugansk- cuyo primer aniversario se cumple este sábado.
Borrell lamentó la «ilegal anexión, como Crimea antes de ello» y exigió la «restauración inmediata de la integridad de Ucrania».
«Mi presencia aquí demuestra nuestro compromiso con Ucrania, tanto militar, como económico, como diplomático para pedir una paz justa que preserve la independencia de Ucrania», ha añadido Borrell.