Israel no cesa en sus ataques. El Ejército de Benjamin Netanyahu bombardeó este viernes el hospital Al Shifa, el principal complejo médico de la Franja de Gaza, situado en el distrito norte de Rimal, dejando tras de sí al menos 14 muertos y 26 heridos.
Las autoridades palestinas denunciaban a primera hora de la tarde "una nueva masacre" tan solo dos días después del tremendo ataque al campo de refugiados de Jabila, que se saldaba con al menos 195 muertos, según los datos de Hamás. Una bomba caía sobre varios vehículos, entre ellos una ambulancia, a las puertas del mayor centro médico de la Franja. El ejército de Israel confirmaba la agresión solo un par de horas después. "Estaba siendo utilizada por una célula terrorista, en una zona de combate", alegaban.
"Tenemos información que prueba los métodos de Hamás para transferir operativos terroristas y armas en ambulancias", señalaba el Ejército, que insistía en que la zona del ataque es un "área de batalla" y que los civiles deben evacuarse hacia el sur por "su propia seguridad". Nada de esto es baladí. El pasado viernes, el Ejército de Israel aseguraba que el grupo islamista tenía su mayor base de operaciones debajo del hospital atacado.
Además, la agresión se producía después de que el portavoz del Ministerio de Sanidad gazatí, Ashraf al Qudra, anunciara el traslado hacia el sur de la Franja de aquellos heridos en estado crítico que necesitaban tratamiento en Egipto.
"Mientras Hamás advierte de que el combustible de los hospitales está a punto de agotarse, roba el combustible a los pacientes para usarlo con propósitos terroristas. Seguiremos mostrando al mundo las acciones de Hamás y cómo usa a la población como 'escudos humanos'", argumentaba poco antes el portavoz del Ejército israelí, Daniel Hagari, ante las acusaciones de atacar a civiles.
No habrá tregua
Por su parte, el presidente de Israel, Benjamin Netanyahu, volvía a rechazar un alto el fuego temporal en la Franja de Gaza si no se garantiza la liberación de los 241 rehenes. "Continuamos con todas nuestras fuerzas e Israel se niega a una tregua temporal que no incluya la liberación de nuestros rehenes", dijo Netanyahu tras una reunión con el secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken, quien viajó este viernes a Tel Aviv por tercera vez desde que estalló la guerra.
"No nos detendremos hasta la victoria", advirtió el primer ministro israelí, que entiende como tal "destruir" a Hamás, "restaurar la seguridad" de Israel y liberar a todas las personas retenidas en Gaza. "Haremos lo que sea necesario para derrotar a los enemigos", añadió.
Netanyahu también lanzó un mensaje a las milicias del sur del Líbano, con las que hay fuego cruzado desde hace varios días. "No cometáis errores. No os podéis imaginar cuánto os costaría", amenazó.
En este sentido, el líder del grupo chií libanés Hizbulá, Hasán Nasrala, dijo este viernes que Irán no decide qué grupos de la alianza informal antiisraelí Resistencia Islámica se podrían involucrar en la guerra de Gaza y defendió que esta recae sobre los líderes de cada movimiento y afirmó que el asalto de Hamás a territorio de Israel del pasado fue "una operación cien por cien palestina".
Pocas horas antes, el máximo líder religioso de Irán, el ayatolá Ali Jamenei, publicó un mensaje en X en el que afirmó que Israel miente a sus ciudadanos sobre el desarrollo del conflicto y aseguró que será "destruido en días sin la ayuda de Estados Unidos".
Ante estas declaraciones, desde Estados Unidos han sido tajantes: "Esto tiene el potencial de convertirse en una guerra más sangrienta que la de Israel y Líbano en 2006".
"Jaula inhumana"
Cada vez más voces políticas se suman a la petición de un cese de las hostilidades en la Franja de Gaza. El último ha sido el presidente de Colombia, Gustavo Petro, que en una reunión con Joe Biden y otros líderes en la Casa Blanca denunció que "no se puede seguir permitiendo la masacre de palestinos". "La ruptura del derecho internacional que estamos contemplando produce más violencia, más barbarie y la destrucción democrática", destacó el mandatario.
Mientras la ONU advirtió este jueves de que el tiempo se agota "para evitar un genocidio y una catástrofe en Gaza", algunos de los extranjeros que pudieron salir estos días por el paso de Rafah ofrecen terribles testimonios y alzan la voz. "Dejen salir a los palestinos del enclave, de esa jaula inhumana" y esa ratonera en la que los han metido y en la que están muriendo", reclamó el primer español en salir de la Franja, Raúl Incertis, anestesista de Médicos sin Fronteras. "Este castigo colectivo cruel y desmedido, debe de terminar ya", insistió.
Las cifras de la barbarie no dejan de aumentar desde que el pasado 7 de octubre se desencadenara la guerra tras el terrible ataque de Hamás con cientos de muertos en un festival de música. En el vigesimoctavo día de guerra entre Israel y Hamás ya se han contabilizado 9.257 muertos y 23.516 heridos en la Franja de Gaza. Entre las víctimas mortales hay 3.826 niños y 2.405 mujeres. En Israel hay 1.400 muertos, unos 5.400 heridos y 241 rehenes.