El Ejército de Israel ha descrito este lunes como «una zona de batalla» la carretera que conecta el norte y el sur de la Franja de Gaza, en el marco del inicio el domingo de una ofensiva terrestre contra el sur del enclave, al tiempo que ha asegurado que se abrirán otras «rutas» para el «movimiento de civiles». Avichai Adrai, portavoz del Ejército de Israel para medios en árabe, ha señalado en un mensaje en su cuenta en la red social X que «los combates y los avances militares de las Fuerzas de Defensa de Israel en el área de Jan Yunis no permiten el movimiento de civiles a través del eje de Saladino al norte y al este de Jan Yunis».
«En estos sectores, la carretera de Saladino es un campo de batalla, por lo que es muy peligroso ir allí», ha manifestado, antes de defender que el Ejército «actúa con firmeza contra Hamás y las organizaciones terroristas en la Franja de Gaza, especialmente en el área de Jan Yunis». Así, Adrai ha subrayado que el Ejército «permitirá el movimiento humanitario de civiles a través de una circunvalación al oeste de Jan Yunis» y ha abundado en que «los traslados desde Rafá y Jan Yunis hacia Deir al Balá y los campamentos en el centro (de la Franja) podrán llevarse a cabo a través de las calles Al Rashid y Al Shuhada».
«Habrá también suspensiones locales y temporales de las actividades militares con fines humanitarios en el campamento de Rafá y el distrito de Rafá hasta las 14.00 horas (hora local), únicamente con ese objetivo», ha remachado, después de que Israel anunciara en la tarde del domingo una ofensiva terrestre en el sur del enclave, tras semanas de operaciones centradas en el norte del enclave. Sin embargo, la aviación israelí ha estado bombardeando objetivos en todo el territorio desde el 7 de octubre, fecha de los ataques ejecutados por Hamás, que dejaron unos 1.200 muertos y cerca de 240 secuestrados.
Las autoridades de Gaza, controladas por el grupo islamista, han elevado este mismo lunes a cerca de 15.900 los muertos por la ofensiva israelí, mientras que más de 250 palestinos han muerto a manos de las fuerzas de Israel o en ataques perpetrados por colonos en Cisjordania y Jerusalén Este desde el 7 de octubre.
Israel ordenó durante la primera etapa de su ofensiva, previa a la tregua del 24 de noviembre -que llegó a su fin el 1 de diciembre-, que la población palestina abandonara el norte de la Franja y se dirigiera al sur argumentando que sería más seguro, si bien también llevó a cabo cientos de bombardeos en esta zona, desatando numerosas condenas internacionales.
De hecho, Naciones Unidas ha resaltado en varias ocasiones que «no hay zonas seguras» en Gaza y ha criticado a Israel por estas órdenes de evacuación -proceso para el que se abrieron rutas que fueron atacadas en varias ocasiones- debido a que no había garantías de seguridad ni de retorno para los desplazados de forma forzosa, que rondan los 1,9 millones de palestinos, según datos de la Agencia de la ONU para los Refugiados de Palestina en Oriente Próximo (UNRWA).