En las últimas jornadas ha causado una honda impresión el viaje de Scott Ritter a Chechenia. Se trata de un antiguo oficial de los Marines de los Estados Unidos con labores de inspección de armamento para la Comisión Especial de Naciones Unidas que, por si fuera poco, sirvió como analista militar en el marco de la llamada Operación Tormenta del Desierto en Irak. Más recientemente es conocido en su tierra natal por difundir a través de distintos medios las tesis más próximas y proclives al Kremlin. En Grozny, la capital chechena, se ha visto esta semana a Scott Ritter junto al líder local e íntimo colaborador de Vladímir Putin, Ramzán Kadírov, y miles de sus combatientes.
A Scott Ritter también se le conoce una condena por delito sexual en los Estados Unidos. No obstante en la república caucásica de la Federación rusa el exanalista militar ha ofrecido un discurso especial. Para la ocasión se ha vuelto a plasmar la iconografía más recurrente del señor de la guerra checheno, a la que nos ha acostumbrado desde el inicio de la guerra en el Este de Europa, que se aproxima ya a su tercer aniversario.
De hecho el propio Ritter ha recordado en un discurso ofrecido en un «pobre ruso», como él mismo admite, el papel central de los militares chechenos en la invasión de Ucrania, ensalzándolos como «héroes de Mariúpol», la capital del mar de Azov conquistada por Moscú gracias a la participación de los hombres de Kadírov en los primeros meses de la contienda.
Para Ritter, que ha acudido a Chechenia ya por segunda vez, este es un buen lugar para vivir, y en sus palabras ha ensalzado el estilo de vida de los chechenos. Además, ha asegurado que la sociedad estadounidense es mucho más parecida a ellos que lo que muchos creen: «muchos piensan que la gente en Chechenia es espantosa (...) No es verdad, son la mejor gente. Gente que quiere vivir en paz, que quiere amistad con el resto del mundo».
Sobre el carácter guerrero de los chechenos, Ritter admitió que «sois combatientes sin miedo. Lo sé, conozco vuestra historia» antes de recordar los avances en la guerra de Ucrania que han propiciado en regiones como Járkov, Zaporiyia, Donetsk y Lugansk. «Sé que sois hombres de verdad, gente que quiere una familia, niños, vida» resume el díscolo norteamericano, entre imágenes que muestran a la cúpula militar chechena, e incluso equipos militares occidentales capturados en territorio ucraniano por las milicias de Kadírov.
«Ahora estáis en la tarea, pero el momento más importante llegará con el fin de la guerra y el regreso a casa. Ese es el motivo por el cual estoy aquí; quiero trabajar por la amistad entre Chechenia y América. América no es un mal lugar, los americanos son gente como vosotros, ¡buena gente! Una cosa diferente es la política» afirma el exasesor militar.
Scott Ritter, que puntualiza que él no es político sino un militar, compartió distintos momentos junto al líder checheno Ramzán Kadírov en su periplo por tierras rusas, algunos de los cuales se han plasmado en publicaciones en Telegram. En las imágenes disponibles, por ejemplo, se le aprecia agasajando al presidente con un machete marine inscrito con una proclama chechena. Las reacciones no se han hecho esperar al otro lado del Atlántico.
«Creo que ganaréis, conozco vuestro trabajo y cuando todo termine quiero que cada soldado checheno regrese a casa a retomar su vida normal» aprecia Ritter hacia el final de la filmación. Más allá de la propaganda, algunos medios internacionales reseñan que la presencia del exoficial de los marines en Chechenia obedecía a un objetivo mucho más fútil que la supuesta labor de cultivar la amistad entre pueblos antagónicos. Este es una suerte de intermediación para permitir que las sanciones occidentales 'esquiven' a los familiares de Kadírov, algo sin muchos visos de tener éxito.