Rusia atacó a primera hora de la mañana la capital ucraniana con misiles en plena visita del alto representante de la Unión Europea para Asuntos Exteriores, Josep Borrell, que tuvo que bajar junto al resto de la delegación a la planta subterránea que sirve como refugio en el hotel de Kiev en el que se hospeda, según pudo constatar EFE.
La alarma que obligó al político español a bajar al refugio antes de comenzar su programa de reuniones de hoy -que incluye encuentros con el presidente Volodímir Zelenski y con otros dirigentes ucranianos- se declaró alrededor de las 6.00 hora local (3.00 GMT).
«Misiles sobre Kiev y sobre el este (de Ucrania)», informó en un primer momento en Telegram el jefe de la Administración Militar de la capital ucraniana. Poco después, ese mismo canal oficial agregaba que «varios misiles» se dirigían a Kiev.
Una hora después de que sonaran en la ciudad las sirenas que alertan de posibles ataques, el centro de Kiev pudo escucharse una potente explosión que podría haber sido provocada por el impacto en un misil ruso de otro proyectil lanzado por las defensas aéreas ucranianas.
El propio jefe de la Administración Militar de Kiev confirmó en el momento del estruendo que se habían activado las defensas aéreas, y pidió a los residentes en la capital que no abandonaran los refugios hasta que termine la alerta.
La mayoría de los ucranianos ignoran las sirenas -que suenan casi cada noche en buena parte del país- debido a su frecuencia, cumpliendo a veces la llamada «regla de las dos paredes» que aconseja situarse en espacios sin ventanas y más protegidos del exterior como el pasillo o el baño para evitar el impacto directo de los proyectiles o sus cascotes.
Una minoría sí baja al metro o a los refugios más cercanos. Borrell llegó ayer a Kiev en un nuevo viaje de dos días a Ucrania para mostrar el apoyo militar y político de la UE al país.