El Parlamento de Georgia ha aprobado este martes una polémica ley de agentes extranjeros similar a la existente en Rusia y que tantas protestas ha generado durante los últimos meses ante la posibilidad de que vulnere las libertades y derechos de los ciudadanos georgianos, tal y como denuncian la oposición y las voces críticas.
La votación se ha saldado finalmente con 84 votos a favor y 30 en contra durante un pleno que ha tenido que ser temporalmente suspendido por una pelea entre diputados oficialistas y opositores. Mientras, las calles de Tiflis, la capital, han vuelto a llenarse de manifestantes contrarios a la medida, quienes denuncian que esta legislación aleja al país de la senda hacia la integración europea. La normativa, llamada Ley de Transparencia de Influencia Extranjera, es similar a la legislación rusa de «agentes extranjeros», con la que Moscú marca a los críticos contra el Gobierno.
La ley obliga a organizaciones, medios de comunicación y entidades similares que reciban al menos un 20 por ciento de su financiación del exterior a registrarse como «agentes que defienden los intereses de fuerzas extranjeras». En caso de no registrarse serán sujetas a multas cuantiosas. Las autoridades georgianas, que han impulsado esta medida, siguen defendiendo que esta cumple únicamente el principio de transparencia y que, por ello, mejorará la soberanía y acercará al país a la Unión Europea. Sin embargo, la comunidad internacional ha criticado la medida y han prometido una «respuesta» al considerar que se trata de un paso hacia el «autoritarismo».
El texto es el mismo que en 2023 aunque con algunas modificaciones y ha provocado numerosas protestas desde el pasado 15 de abril. No obstante, ya el año pasado la oposición y parte de la sociedad se manifestó en contra de esta propuesta legislativa por ser una muestra de simpatía hacia Moscú. Los manifestantes llevan manifestándose desde el pasado 15 de abril con eslóganes como «no a la ley rusa» y «no al Gobierno ruso».