El primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, afirmó este lunes que la muerte de civiles anoche en un ataque israelí en un campo de desplazados en Rafah, en el extremo sur de la Franja de Gaza, es un «trágico percance». Es la respuesta oficial a una masacre que ha provocado un mayor rechazo hacia el gobierno hebreo por parte de la comunidad internacional.
«Estamos investigando el caso, esa es nuestra política. Para nosotros, cada daño a civiles no involucrados es una tragedia», indicó Netanyahu en una audiencia en la Knéset (Parlamento israelí) con familias de rehenes sobre la guerra en la Franja, que suma más de 36.000 muertos, más del 70 % civiles.