Noruega ha dado el pistoletazo de salida para el proceso de licitación de 386 parcelas en el océano Ártico con vistas a la extracción de recursos minerales pese a las críticas de grupos ecologistas y pesqueros, que consideran que la minería submarina supondrá un grave perjuicio para el ecosistema. El Gobierno ha puesto sobre la mesa el reparto de unos 106.400 km2 de la plataforma continental noruega, esto es un 38% del total de 280.000 km2 que serían susceptibles de ser objeto de este tipo de explotación comercial, después de que el Parlamento del país escandinavo diera su visto bueno el pasado enero a la minería submarina en la región.
Oslo tiene previsto conceder las licencias en el primer semestre de 2025, según ha informado este miércoles el ministro de Energía, Terje Aasland, que ha asegurado que su país cuenta con una «larga trayectoria» en la gestión de recursos del subsuelo. «El mundo necesita minerales para la transición ecológica y el Gobierno quiere explorar si es posible extraer minerales del fondo marino de forma sostenible de la plataforma continental noruega», ha afirmado Aasland en declaraciones recogidas por 'Bloomberg'.
Noruega ha asegurado que actuará con cautela y que solo aprobará los planes que sean respetuosos con el medio ambiente, aunque organizaciones ecologistas y de pesca han cuestionado que esto sea posible. Por su parte, la Unión Europea también ha expresado su preocupación, si bien Noruega no forma parte de los Veintisiete. La propuesta gubernamental entrará en una fase de consulta pública con un plazo máximo de alegaciones hasta el 26 de septiembre. Cualquier plan de extracción deberá ser autorizado tanto por el Ministerio como por el Parlamento.