La prestigiosa revista científica británica The Lancet estima que son muchos más los muertos en la Franja de Gaza que los 38.193 palestinos que lleva contabilizados hasta este lunes el Ministerio de Salud gazatí, comandado por Hamás. Según sus últimos cálculos y proyecciones hasta 186.000 personas podrían haber muerto en el conflicto que cumple nueve meses. Se trata, según sus expertos, de una estimación «conservadora».
Los reportes sobre el terreno señalan que en las últimas horas el ejército israelí se ha ensañado con Ciudad de Gaza, la capital, con unos bombardeos que los residentes han calificado de los más intensos desde que comenzó el conflicto el pasado 7 de octubre. Además, cientos de camiones cargados de alimentos y agua están varados en la abrasadora carretera egipcia más al sur de Rafah. Algunos llevan ya casi dos meses, a la espera de permiso para entregar los tan necesarios suministros humanitarios a Gaza, devastada por la guerra y a su población refugiada y desplazada continuamente por la acción de las operaciones militares israelíes.
A unos 50 kilómetros de la frontera con Gaza, los camiones que transportan harina, agua y otras ayudas se alinean en una polvorienta carretera en ambas direcciones. Los conductores afirman que llevan varias semanas esperando bajo el abrasador calor del verano egipcio. La paralización está agravando la grave crisis humanitaria de Gaza tras nueve meses de guerra entre Israel y el grupo miliciano palestino. Las organizaciones humanitarias advierten del alto riesgo de hambruna en el territorio costero asediado. Los camioneros, estacionados en las afueras de la ciudad egipcia de al-Arish, en la península del Sinaí, afirman que no han podido entregar suministros humanitarios desde que Israel amplió su ofensiva en la frontera entre Gaza y Egipto el pasado mes de mayo.
Algunos alimentos han tenido que ser desechados. «Juro por Dios que, antes de este cargamento, vinimos aquí y estuvimos parados más de 50 días y, al final, nos devolvieron el cargamento porque había caducado», dijo el camionero Elsayed el-Nabawi. «Tuvimos que darnos la vuelta y devolverlo. Cargamos otro lote y aquí estamos parados de nuevo y sólo Dios sabe si este cargamento llegará antes de caducar o qué pasará con él». El ejército israelí comenzó su asalto a la ciudad meridional gazatí de Rafah en mayo. El paso fronterizo entre Gaza y Egipto, una línea vital con el mundo exterior para los gazatíes, que permite la entrega de ayuda y la evacuación de pacientes, está cerrado desde entonces.
Las conversaciones entre Egipto, Estados Unidos e Israel no han logrado reabrir Rafah, donde Egipto quiere que se restablezca la presencia palestina en el lado gazatí de la frontera. Las banderas israelíes ondean ahora sobre los edificios gazatíes destruidos a lo largo de la frontera con Egipto. La ayuda y los suministros comerciales han seguido entrando en Gaza a través de otros pasos fronterizos terrestres, mediante lanzamientos aéreos y por mar, pero los grupos de ayuda y los diplomáticos occidentales afirman que los suministros están muy por debajo de las necesidades de la población civil.