Alrededor de 25 personas murieron en un nuevo ataque perpetrado por personas armadas no identificadas contra una iglesia situada en el oeste de Burkina Faso, apenas un día después de la muerte de alrededor de un centenar de civiles en otro asalto ejecutado por la filial de Al Qaeda en el norte del país africano.
Según las informaciones recogidas por la emisora francesa Radio France Internationale, los atacantes rodearon la iglesia en la aldea de Kounla, tras lo que dejaron escapar a mujeres y niños antes de ejecutar a los hombres presentes en la iglesia. Asimismo, los asaltantes incendiaron varias viviendas antes de darse a la fuga con un número no especificado de cabezas de ganado. El ataque, cuya autoría no ha sido reclamada por el momento, provocó la huida de la población de Kounla hacia la cercana Sanaba, situada al sur de la aldea.
La junta militar en el poder en Burkina Faso no se ha pronunciado sobre estas informaciones, que surgen después de que el ministro de Defensa, Kassoum Coulibaly, asegurara que el presidente de transición, Ibrahim Traoré, reforzará el despliegue de seguridad en la región de Centro-Norte a raíz del citado ataque en Barsalogho.
Coulibaly, que viajó junto a otros dos ministros a Mané durante la jornada del miércoles, defendió desde allí la necesidad de un «diálogo directo» con los residentes de esta zona para «comprender mejor las realidades sobre el terreno y adaptar sus estrategias en consecuencia», según ha informado la agencia estatal burkinesa de noticias, AIB.
El ataque contra Barsalogho fue ejecutado por el Grupo de Apoyo al Islam y los Musulmanes (JNIM) --filial de Al Qaeda en la región del Sahel--, con informaciones que apuntan a que la cifra de fallecidos podría llegar a rondar los 200, extremo no confirmado por Uagadugú. Burkina Faso, dirigido desde 2022 por una junta militar encabezada por Traoré, ha experimentado un aumento significativo de la inseguridad desde 2015 tanto por la presencia del JNIM y la rama de Estado Islámico, lo que ha provocado una oleada de desplazados internos y refugiados hacia otros países de la región.