Una entidad de reconocida trayectoria en el ámbito internacional como Human Rights Watch (HRW) ha alzado la voz este viernes contra los sucesivos ataques que el ejército israelí ha infringido en zonas cercanas al control de la FINUL. Al menos cuatro cascos azules, ninguno de ellos español, ha resultado herido en las últimas horas y no pocos se preguntan por qué Israel ataca posiciones defendidas por las fuerzas de Naciones Unidas desplegadas en Líbano.
La Fuerza Provisional de las Naciones Unidas para el Líbano (FPNUL) es una misión de paz creada el 19 de marzo de 1978 por acuerdo del Consejo de Seguridad de la ONU, que desembocó en la actual fórmula para garantizar el acceso a la población civil de ayuda humanitaria adoptada tras la guerra entre los actuales contendientes del año 2006. Aquel episodio causó la muerte de unos 2.000 libaneses, cifras que ya se han rebasado de forma notable en la actualidad, tras los sucesivos bombardeos que han tenido lugar, entre otros, en la capital Beirut.
En 2007 se produjo un hecho reseñable cuando seis soldados españoles de la misión internacional en Líbano murieron al estallar un coche bomba en Sahel al Derdara, cerca de la ciudad israelí de Metula. En todo este tiempo, la actual FINUL ha asistido al fuego cruzado del ejército israelí y la milicia chií libanesa Hezbolá. Actualmente el contingente lo forman algo más de diez mil hombres de cincuenta nacionalidades distintas, todos ellos bajo el mando del general español Aroldo Lázaro.
Este pasado jueves la FINUL informó de que al menos dos cascos azules resultaron heridos en un ataque israelí contra una torre de vigilancia de su cuartel general en Naqoura, en el sur del país, en una de al menos tres acciones atribuidas a Israel contra tropas de la ONU en las últimas 24 horas. Las condenas se produjeron desde buena parte de la esfera internacional, y no solo el Gobierno de España mostró tajantemente su malestar. Italia, país aliado con un importante número de efectivos en la zona, elevó una queja formal en el ámbito diplomático. Por su parte, el Ejército israelí acusó al grupo chií libanés de «operar» cerca de los puestos de misión de la ONU en el sur de Líbano y reconoció haber llevado a cabo disparos cerca de su base de Naqoura.
Poco después de la denuncia de la FINUL, el portavoz adjunto del secretario general de la ONU, Farhan Haq, afirmó que la misión de la ONU «permanece en sus puestos» porque «tiene un papel vital para garantizar la estabilidad». Recordó que Israel ha formulado ya varias «peticiones» a la FINUL para evacuar las bases, pero al respecto recordó que «tienen un mandato que cumplir».
Precisamente al respecto mencionan desde Human Rights Watch que «cualquier ataque contra las fuerzas de paz de la ONU por parte de fuerzas israelíes viola las leyes de la guerra e interfiere peligrosamente en la labor de protección civil y ayuda de la FINUL». Por ello reclaman a Naciones Unidas que establezca «urgentemente una investigación internacional sobre las hostilidades en Líbano e Israel con el mandato de informar públicamente sobre las violaciones. La ONU y los países miembros deben garantizar el envío inmediato de investigadores que recopilen información y lleguen a conclusiones sobre las violaciones del derecho internacional».