La reciente oleada de avistamientos de drones en Dinamarca ha provocado el cierre temporal de varios aeropuertos e instalaciones militares en las últimas horas, generando preocupación entre las autoridades nórdicas. El aeropuerto de Aalborg, situado en el norte del país, permaneció cerrado durante aproximadamente una hora en la madrugada del viernes tras detectarse posible actividad de estos vehículos aéreos no tripulados, aunque posteriormente no se pudo confirmar su presencia en la zona.
Christian Tilsted, portavoz de la policía local, declaró a la agencia Ritzau: «No hemos podido encontrar nada y no hemos podido verificar la presencia de ningún dron en la zona». A pesar de esta falta de confirmación, las medidas de seguridad obligaron a desviar dos vuelos que tenían previsto aterrizar en dicho aeródromo. Este incidente se produce apenas 24 horas después de que varios drones fueran avistados en otros aeropuertos daneses como Esbjerg y Sønderborg, así como en instalaciones militares estratégicas como la base aérea de Skrydstrup y un cuartel en Holstebro.
Las autoridades danesas han señalado que, aunque todavía no han podido determinar quién está detrás de estos incidentes, sospechan de un «actor profesional» y han calificado la situación como un posible «ataque híbrido». Un elemento que ha llamado especialmente la atención de los investigadores es la presencia de diversos barcos en las proximidades, incluyendo un buque de guerra ruso, que forman parte activa de la investigación en curso.
Tensiones geopolíticas en el mar Báltico
Los recientes incidentes no son hechos aislados. El aeropuerto de Copenhague, principal terminal aérea de Dinamarca, ya había experimentado un cierre similar la semana pasada debido a la detección de drones en su espacio aéreo. Además, en la noche del 22 al 23 de septiembre de 2024, tanto el aeropuerto de Kastrup (Copenhague) como el de Gardermoen (Oslo) en la vecina Noruega permanecieron cerrados durante varias horas por motivos similares, evidenciando un patrón que preocupa a las autoridades de ambos países nórdicos.
Aunque las autoridades danesas han destacado que no se ha podido establecer una conexión «directa» con Rusia, la mención específica de un buque de guerra ruso como parte de la investigación ha intensificado las especulaciones sobre una posible implicación de Moscú. Los expertos en seguridad señalan que este tipo de incidentes podrían formar parte de estrategias de guerra híbrida, donde se combinan diferentes tácticas para generar desestabilización sin cruzar los límites de un conflicto abierto.
Consecuencias para la seguridad aérea escandinava
Los repetidos cierres de aeropuertos han comenzado a generar preocupación en el sector de la aviación comercial de la región. El cierre del aeropuerto de Aalborg entre las 23:40 horas del jueves y las 00:35 del viernes representa el último de una serie de incidentes que ponen a prueba a las autoridades aeroportuarias y a sus protocolos de seguridad frente a amenazas no convencionales como los drones.
Fuentes del sector de la seguridad aeronáutica han confirmado que se están implementando nuevos sistemas de detección y neutralización de drones en diversos aeropuertos de la región, aunque estos esfuerzos se enfrentan al rápido avance tecnológico de estos dispositivos, que cada vez son más difíciles de detectar y contrarrestar. Además, la coordinación entre países nórdicos se ha intensificado tras los incidentes paralelos en Dinamarca y Noruega.
¿Qué son los ataques híbridos?
El término «ataque híbrido» utilizado por las autoridades danesas hace referencia a estrategias que combinan métodos convencionales y no convencionales de conflicto. Estos pueden incluir ciberataques, desinformación, sabotajes, presión económica y, como en este caso, el uso de tecnologías como drones para generar disrupciones en infraestructuras críticas sin necesidad de una confrontación militar directa.
Los expertos en seguridad internacional señalan que este tipo de tácticas se han vuelto más frecuentes en los últimos años, especialmente en zonas geopolíticamente sensibles como el mar Báltico y los países nórdicos, que representan la frontera nororiental de la OTAN con Rusia. La ambigüedad de estos ataques permite a sus perpetradores mantener lo que los analistas denominan «negación plausible», dificultando una respuesta contundente por parte de los países afectados.
Tanto Dinamarca como Noruega han reforzado la vigilancia en instalaciones críticas tras los recientes incidentes. Las fuerzas armadas de ambos países han aumentado su presencia en aeropuertos, puertos e instalaciones energéticas, mientras que los servicios de inteligencia han intensificado su colaboración para identificar el origen de estas actividades sospechosas. Las autoridades danesas han solicitado la colaboración ciudadana para reportar avistamientos de drones en zonas sensibles, mientras implementan tecnología especializada para la detección temprana de estos dispositivos. Paralelamente, se han establecido canales diplomáticos para abordar la situación.
En general los gobiernos nórdicos mantienen una postura de cautela, evitando acusaciones directas hasta contar con evidencias concluyentes, pero han dejado claro que consideran estos incidentes como serias amenazas a su seguridad nacional y están dispuestos a tomar todas las medidas necesarias para proteger sus infraestructuras críticas y su espacio aéreo. Aunque las autoridades no han ofrecido detalles técnicos sobre los drones avistados, fuentes cercanas a la investigación sugieren que podría tratarse de dispositivos de gama alta con capacidades avanzadas.
La capacidad para evadir la detección y operar en condiciones nocturnas sobre instalaciones altamente vigiladas indica que no se trata de drones comerciales comunes. Asimismo la sincronización de los avistamientos en diferentes aeropuertos e instalaciones militares apunta a una estrategia deliberada para poner a prueba las capacidades defensivas danesas. Mientras continúan las investigaciones, las autoridades aeroportuarias de la región permanecen en alerta máxima ante la posibilidad de nuevos incidentes que puedan afectar a la seguridad aérea en los países nórdicos.