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Crisis entre EEUU y Venezuela

Llamativo relevo en la Armada de EEUU en plena carrera contra el narcotráfico y Venezuela

Fuentes institucionales apuntan a tensiones entre el almirante Alvin Holsey y el secretario de la Guerra, Pete Hegseth, por los bombardeos antinarcóticos en el Caribe y la estrategia de presión hacia Caracas

Fotografía oficial del almirante estadounidense Alvin Holsey, hasta la fecha jefe del Comando Sur | Foto: Efe - William J Seifert

| Washington |

Un relevo de alto perfil y de carácter inesperado sacude la cúpula de la Armada de Estados Unidos. El almirante Alvin Holsey, actual comandante del Comando Sur (SOUTHCOM), responsable de la seguridad en las aguas que bañan América del Sur y gran parte del Caribe, ha anunciado su retirada del servicio activo. Esta decisión llega tras apenas un año en el cargo, un periodo notablemente más corto que el mandato habitual de tres años para este puesto estratégico. La noticia, que ha generado un considerable revuelo en los círculos militares y diplomáticos, se produce en un momento de intensificación de las operaciones antinarcóticos y de una compleja política exterior estadounidense en la región, especialmente en lo que respecta a Venezuela.

El anuncio de Holsey se hizo público a través de un comunicado difundido por la entidad militar en la red social X, donde fijó el 12 de diciembre de 2025 como su último día en activo. En su mensaje, el almirante expresó su confianza en el futuro del Comando Sur: «El equipo del Comando Sur ha hecho contribuciones duraderas a la defensa de nuestra nación y continuará haciéndolo». Añadió que confía en que la institución «seguirá adelante, centrado en su misión que fortalece a nuestra nación y asegura su permanencia como un faro de libertad en todo el mundo».

Por su parte, el secretario de la Guerra, Pete Hegseth, también utilizó X para extender, en nombre del Departamento, su «más profunda gratitud por sus más de 37 años de distinguido servicio». Hegseth elogió la trayectoria de Holsey, afirmando que «el almirante Holsey ha ejemplificado los más altos estándares de liderazgo naval (...) y ha demostrado un compromiso inquebrantable con la misión, el pueblo y la nación», y que «su mandato como subcomandante militar y actual comandante del Comando Sur de Estados Unidos refleja un legado de excelencia operativa y visión estratégica». Sin embargo, ninguno de los comunicados oficiales aludió a los motivos detrás de esta abrupta decisión.

A pesar de la aparente cordialidad en los mensajes públicos, varios medios estadounidenses de prestigio, como el 'New York Times' y la cadena CNN, han reportado, citando a fuentes institucionales, la existencia de tensiones significativas entre Holsey y Hegseth. Estas desavenencias se habrían originado a raíz de la estrategia y la ejecución de ciertas operaciones militares en el Caribe. Específicamente, las fuentes apuntan a los bombardeos contra embarcaciones supuestamente vinculadas al narcotráfico y al despliegue de una misión militar que incluye hasta 10.000 tropas en la región caribeña. Este contexto se enmarca, además, en la autorización concedida por la administración Trump a la CIA para operar en Venezuela, una medida que subraya la complejidad y la sensibilidad de la política estadounidense en la zona.

El Comando Sur de Estados Unidos (SOUTHCOM) es una de las once unidades de comando de combate unificado del Departamento de Defensa de los Estados Unidos. Su área de responsabilidad abarca 31 naciones y 15 áreas de interés en América Central, América del Sur y el Caribe, lo que lo convierte en un pilar fundamental para la seguridad nacional estadounidense. Con sede en Doral, Florida, SOUTHCOM se encarga de planificar, organizar y ejecutar operaciones militares en la región, incluyendo la lucha contra el narcotráfico, la asistencia humanitaria, la respuesta a desastres naturales y la cooperación en seguridad con los países aliados. Su misión es crucial para proteger los intereses de Estados Unidos, promover la estabilidad regional y contrarrestar amenazas transnacionales. La importancia estratégica de esta región, especialmente por su proximidad a las fronteras estadounidenses y su papel como ruta clave para el tráfico ilícito, hace que el liderazgo de SOUTHCOM sea un puesto de máxima relevancia.

La intensificación de las operaciones antinarcóticos en el Caribe ha sido en las últimas semanas un punto de fricción. Los bombardeos contra embarcaciones sospechosas de transportar drogas, aunque justificados por Washington como una medida necesaria para desmantelar las redes de tráfico, han generado controversia. Estas acciones, que a menudo implican el uso de fuerza letal, plantean cuestiones sobre la soberanía de las aguas internacionales y la legalidad de tales intervenciones sin el consentimiento explícito de los países de bandera de los buques. La estrategia de interdicción marítima busca cortar las rutas de la droga que, desde Sudamérica, se dirigen hacia Estados Unidos y Europa. Sin embargo, la agresividad de estas tácticas podría haber sido un factor en las tensiones entre el almirante Holsey, quien podría haber abogado por un enfoque más matizado o cooperativo, y el secretario Hegseth, quien quizás impulsaba una línea más dura y directa.

La presencia militar estadounidense en la zona, con patrullas aéreas y navales constantes, es un testimonio del compromiso de Washington en esta lucha, pero también un foco de posibles desacuerdos internos sobre la mejor manera de proceder. El despliegue de hasta 10.000 tropas en el Caribe es otra de las causas de las supuestas desavenencias. Esta significativa movilización de efectivos militares, que se suma a la ya existente presencia en la región, tiene múltiples objetivos, desde el entrenamiento conjunto con fuerzas aliadas hasta la disuasión de actividades ilícitas y la proyección de poder.

Sin embargo, un despliegue de esta magnitud también puede ser percibido como una escalada militar, especialmente en un contexto de creciente inestabilidad en Venezuela. La política de Estados Unidos hacia el régimen de Nicolás Maduro ha sido históricamente compleja, marcada por sanciones económicas y el apoyo a la oposición. La autorización de la administración Trump a la CIA para operar en Venezuela, aunque anterior a la llegada de Holsey al Comando Sur, establece un precedente de operaciones encubiertas y de presión que podría haber influido en la visión de Hegseth sobre la necesidad de una postura más contundente en la región. La combinación de estas operaciones militares y la política hacia Venezuela crea un escenario de alta tensión donde las decisiones estratégicas tienen un peso considerable.

Finalmente el cambio de liderazgo en el Comando Sur, especialmente bajo estas circunstancias, plantea interrogantes sobre la continuidad de la política exterior y de seguridad de Estados Unidos en Latinoamérica y el Caribe. El almirante Alvin Holsey es un oficial de carrera con una extensa trayectoria militar en la Armada de Estados Unidos, habiendo ocupado diversos puestos de mando y responsabilidad antes de su nombramiento en el Comando Sur. Su experiencia en operaciones navales y su conocimiento de la región lo posicionaban como un líder clave. Por otro lado, Pete Hegseth, el secretario de la Guerra, es una figura con un perfil más político y mediático. Conocido por sus opiniones conservadoras y su pasado como veterano del ejército, Hegseth ha sido un firme defensor de una política exterior robusta y de la proyección de poder militar estadounidense. Las diferencias en sus antecedentes y enfoques podrían haber contribuido a las tensiones reportadas.

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