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Guerra de Israel en Gaza

Rehenes a salvo y el frágil equilibrio del alto el fuego en Gaza

Israel y Hamás cruzan reproches en las primeras fases de desarrollo del nuevo marco impuesto por Trump en Oriente Medio

El exrehén israelí de origen argentino Eitan Horn regresa a su casa por primera vez desde su secuestro por el grupo islamista palestino Hamás el 7 de octubre de 2023 | Foto: Efe - Danor Aharon

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El regreso de todos los rehenes israelíes de Gaza es una de las noticias más destacadas en el ámbito internacional en los últimos tiempos. Ello ha sido posible gracias a un plan de paz, impulsado por Donald Trump, que actualmente conlleva el alto el fuego entre Israel y Hamás y el retroceso de las tropas de Tel Aviv en la Franja. Pese a la esperanza suscitada ante el regreso a casa de los veinte secuestrados hebreos que seguían con vida dos años después de los ataques del 7 de octubre, el inestable y angosto camino hacia la paz en Oriente Medio debe sortear aun retos significativos.

El logro de la liberación de la totalidad de los rehenes israelíes ha sido posible gracias a un plan de paz a medio y largo plazo que actualmente sustenta un delicado alto el fuego entre Israel y Hamás. Este contexto viene marcado por una incipiente estabilidad, y en las últimas horas el grupo islamista palestino ha responsabilizado directamente al gobierno de Benjamín Netanyahu por los retrasos en la entrega de los cuerpos de los rehenes israelíes fallecidos en Gaza que todavía no han sido devueltos a Israel. Según Hamás, la devolución de estos restos se demorará debido a que algunos quedaron sepultados en túneles «destruidos por la ocupación», mientras que otros aún se encuentran bajo los escombros de edificios bombardeados y demolidos. «Cualquier retraso en el retorno de los cuerpos recae plenamente en el Gobierno de Netanyahu, que impide y evita el suministro de los recursos necesarios», afirmó el grupo, argumentando que necesitan equipos especializados para recuperarlos «que actualmente no están disponibles debido a la prohibición de entrada impuesta por la ocupación».

Paralelamente, el cruce fronterizo de Rafah, situado en el sur de la Franja de Gaza, permanece cerrado, una situación que Hamás interpreta como parte de una estrategia del Gobierno israelí para «castigar» a la población palestina y «manipular la situación humanitaria» con fines políticos. Por su parte, el ministro de Asuntos Exteriores de Israel, Gideon Sa'ar, declaró en Nápoles que este paso con Egipto «probablemente será abierto este domingo», mientras los esfuerzos para hacerlo posible continúan. Desde el gobierno hebreo, se ha puesto el foco en que Hamás «incumple el acuerdo», acusándoles de «retener» los cuerpos de 19 cadáveres de rehenes israelíes fallecidos. «Sabemos que pueden entregarlos, pero no quieren hacerlo; los están usando como último recurso», afirmó Sa'ar, quien considera que el escollo fundamental es el desarme y la desmilitarización de Gaza, elementos cruciales para garantizar la seguridad de ambas partes: «Es un tema que debemos abordar con firmeza si queremos lograr una paz real entre israelíes y palestinos».

Primeros pasos del plan de paz

El plan de paz, impulsado por la administración Trump, se encuentra en sus fases iniciales, y sus artífices reconocen la magnitud del desafío. «No estamos buscando una solución mañana, estamos en la primera fase», explicó Sa'ar, subrayando la necesidad de una aproximación gradual. El objetivo primordial es «estabilizar la situación en Gaza primero», para luego «seguir con el progreso porque no queremos que se salga de control». Esta declaración refleja la cautela con la que se aborda el proceso, consciente de la volatilidad inherente a la región. La estabilización de la Franja de Gaza es vista como un pilar fundamental para cualquier avance futuro, buscando evitar una escalada de violencia que pueda desbaratar los esfuerzos diplomáticos. La hoja de ruta contempla una serie de pasos que, aunque ambiciosos, buscan sentar las bases para una coexistencia más pacífica, aunque el camino esté plagado de obstáculos y desconfianza mutua.

Huelga por Palestina en Barcelona. Foto: Reuters.

El cierre continuado del cruce de Rafah, la única salida de Gaza que no está bajo control directo de Israel, se ha convertido en un punto de fricción significativo y una preocupación humanitaria acuciante. La apertura de Rafah es vital para la entrada de ayuda humanitaria, bienes esenciales y para permitir el movimiento de personas, especialmente aquellas que necesitan atención médica fuera de Gaza. La promesa del ministro Sa'ar de que el paso «probablemente será abierto», aunque esperanzadora, subraya la urgencia y la complejidad de gestionar un punto fronterizo con profundas implicaciones tanto humanitarias como de seguridad para todas las partes involucradas.

Más allá del conflicto directo con Hamás, el ministro Sa'ar también dirigió duras críticas hacia la Autoridad Nacional Palestina (ANP). Acusó a la ANP de «financiar a terroristas y sus familias», una práctica que, según Israel, perpetúa el ciclo de violencia. Además, Sa'ar afirmó que la ANP está «envenenando las mentes de las nuevas generaciones» a través de su sistema educativo, los libros de texto, las mezquitas y los medios de comunicación, fomentando una cultura de hostilidad hacia Israel. De hecho la desmilitarización de Gaza es, para Israel, una condición innegociable para alcanzar una «paz real» en la región.

Sa'ar fue enfático ya que la presencia de grupos armados y la capacidad de Hamás para lanzar ataques desde la Franja son percibidas como una amenaza existencial por Israel, lo que hace que la eliminación de estas capacidades militares sea una prioridad absoluta. Sin embargo, para Hamás y otros grupos palestinos, el armamento es visto como una forma de resistencia y autodefensa ante la ocupación israelí. Este profundo desacuerdo sobre la desmilitarización representa uno de los mayores desafíos para cualquier acuerdo de paz, ya que implica una redefinición fundamental de la seguridad y el poder en la Franja.

Finalmente, sobre las perspectivas del plan de paz, Israel recalca la necesaria desarticulación de grupos armados que operan como «terceros estados» y que, según su parecer, obstaculizan la estabilidad en Oriente Medio. Esta referencia alude a actores no estatales o grupos proxy que reciben apoyo de potencias regionales y que actúan de manera independiente, desestabilizando la zona, con elementos externos y agendas propias que a menudo contradicen y socavan los intereses de los estados soberanos. Por ello abordar los asuntos que ponen encima de la mesa tanto la parte palestina como la israelí requiere una estrategia integral que involucre a múltiples actores regionales e internacionales, buscando neutralizar amenazas y compensar equilibrios en un campo de juego muy manido y maltratado por años y décadas de matanzas y derramamiento de sangre.

3 comentarios

user Diwgo | Hace un mes

Para decepción de ilusionados prematuros y de enrocados en la incredulidad, esta es una de las ocasiones significadas para conseguir la paz. Pero todos sabemos que es un camino lento y dificultoso en donde habrá tiras y aflojas, avances y retrocesos. Lo importante es mantener la ilusión, y remar todos en la misma dirección para que no resulte en otra ocasión fallida. No sólo Netanyahu y Hamás son los responsables de avanzar. También los países árabes del entorno. Y tambien Europa y los Estados Unidos.

user Armando | Hace un mes

Este es argentino. El vampiro Netanyahu es polaco. El terrorista Ben gafir ministro no sé de que... iraki. Y así todos los intrusos sionistas. Cada uno es de algún país extranjero. Nada que ver con palestina..

l'amo_corso l'amo_corso | Hace un mes

No regresarán ni lo mil civiles palestinos asesinados por Hamas ni las decenas, seguramente centenares de miles asesinadas por Israel. Aun hay quien defiende a Israel, Israel no ha defendido a los palestinos de Hamas, los ha asesinado como unos terroristas.

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