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Así es Nusantara, la nueva capital que está levantando Indonesia desde cero y que corre el riesgo de convertirse en ciudad fantasma

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Yakarta es la capital de Indonesia y se esta hundiendo. Tiene 10,5 millones de habitantes, está muy contaminada y congestionada, y lo que es peor, es la ciudad del planeta que más rápido se hunde, a un ritmo de 17 centímetros anuales. El 40% de su superficie se encuentra actualmente por debajo del nivel del mar.

¿Y qué hizo el Gobierno indonesio para salvar Yakarta? Olvidarla. O sea, construir una nueva capital... aunque la ciudad soñada va camino de quedarse en desierto de hormigón, cristal y cemento.

Se llama Nusantara, el nombre indonesio del sudeste asiático marítimo. La palabra, un antiguo término javanés que en Indonesia, significa "archipiélago indonesio", da nombre ahora a la nueva capital del país, el cuarto más poblado del mundo con unos 285 millones de habitantes.

Nusantara, en la isla de Borneo, se inauguró en las celebraciones del día nacional del país, el 17 de agosto de 2022. Se levanta en la selva de Kalimantán Oriental, punto geográfico elegido por su menor riesgo de desastres naturales como inundaciones y terremotos. Está situada estratégicamente en el centro geográfico de Indonesia y lejos de Yakarta, a unos 1.200 kilómetros.

El proyecto nació en 2019. Fue entonces cuando el presidente Joko Widodo anunció un plan para trasladar la capital, plan que implicaba la construcción de una nueva ciudad en la zona central de Indonesia.

No sólo se trataba de salir de una Yakarta que se hunde sino de reducir la desigualdad de desarrollo entre Java y el resto del archipiélago de Indonesia, compuesto por unas 17.500 islas. Java es la isla más densamente poblada y representa alrededor del 60% de la economía del país. Nusantara está situada en la costa este de Borneo, la tercera isla más grande del mundo.

Construir una nueva capital desde cero

El desarrollo de la nueva urbe comenzó en agosto de 2019, con un coste inicial estimado de 45.000 millones de euros. A principios de septiembre de 2021, se aprobó el proyecto de ley para la reubicación de la capital. "Nusantara es un lienzo donde se crea el futuro. No todos los países tienen la oportunidad y la capacidad de construir su capital desde cero", presumía el presidente Widodo en julio de 2024. Debió haber sido más prudente y haberse acordado del caso de Brasilia.

El proyecto es conocido oficialmente como Ibu Kota Nusantara. Abarca un área de 2.560 km² designada como Área Estratégica Nacional. Es cuatro veces el tamaño de Yakarta y el doble del tamaño de Nueva York. Además, hay 68,56 km² como Zona Gubernamental Principal, 562 km² como Área de la Ciudad Capital y el resto como Zona de Desarrollo de la Ciudad Capital. Los ecologistas denunciaron en su día que se iba a construir en una zona de selva tropical que alberga especies en peligro de extinción.

La nueva ciudad está concebida como una ciudad verde y de alta tecnología que combina la naturaleza con la infraestructura de una metrópolis moderna. Está previsto que el 80% de la movilidad sea mediante transporte público, bicicleta o andando; que toda su energía venga de fuentes renovables; y que más del 60% de la superficie total sean espacios verdes.

Edificios futuristas y calles vacías

Como presidente saliente de Indonesia, Widodo comenzó a trabajar desde el nuevo palacio presidencial de Nusantara el 29 de julio de 2024. Sin embargo, un año después, Widodo ya no está y "algunos temen que [Nusantara] corra el riesgo de convertirse en una ciudad fantasma glorificada", según cuenta en The Guardian Michael Nielson desde la propia urbe.

A Widodo le sucedió, en octubre de 2024, Prabowo Subianto. Con él ha dejado de entrar dinero en Nusantara, o no tanto. De hecho, el nuevo presidente, como tal, aún no ha visitado la flamante nueva capital. En declaraciones del pasado mayo incluso la rebajó a "capital política".

Pero ni como capital administrativa. En Nusantara residen unos 2.000 funcionarios públicos, pero hay 8.000 trabajadores de la construcción. Sumando unos y otros siguen siendo muy pocos ya que el objetivo era alcanzar 1,2 millones de residentes en 2030.

Son mayoría los obreros porque Nusantara sigue en construcción. De momento, han levantado bloques de apartamentos, edificios ministeriales, hospitales, carreteras, sistemas de agua y un aeropuerto. La construcción de la ciudad debería completarse en 2045. Para entonces, se espera que albergue a 1,9 millones de personas.

La financiación estatal reducida a la mitad

Pero el sueño de Nusantara parece ralentizado a simple vista. Los números lo confirman. La financiación estatal para la nueva capital se ha reducido a más de la mitad, pasando de unos 2.280 millones de euros en 2024 a 800 millones en 2025. Para el próximo año se han asignado 345 millones, un tercio de lo solicitado.

La inversión privada también se ha quedado lejos; más de mil millones por debajo del objetivo inicial. Y eso que en su día para atraer a los inversores, el presidente Widodo ofreció incentivos, incluidos derechos sobre la tierra por hasta 190 años.

Sin embargo, según Basuki Hadimuljono, director de la Autoridad de la Capital Nusantara, los informes sobre una ralentización de la construcción y una falta de voluntad política "son falsos". Según él, "hay financiación, hay compromiso político" porque no se ha recortado el presupuesto sino que se ha "reasignado".

Nusantara no funciona y encima se ha llevado por delante grandes tesoros naturales. Organizaciones ambientalistas como Walhi afirman que el proyecto ya ha causado daños ecológicos permanentes. La ONG estima que se han talado más de 2000 hectáreas de manglar en los últimos dos años.

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