Audi Quality Assurance ha realizado su test tipo INKA número 100, en este caso con un Audi A4. El test de corrosión y envejecimiento que se lleva a cabo en Ingolstadt es una de las más duras pruebas que un vehículo tiene que superar en Audi, al simular los desafíos de una vida de doce años de un coche en sólo diecinueve semanas.
Audi Quality Assurance utiliza este método para verificar la efectividad de la protección anti-corrosión y durabilidad de los vehículos de la marca de los cuatro aros. Con su test tipo INKA número cien, Audi Quality Assurance ha completado hasta la fecha un total de 322.500 horas de pruebas, ha recorrido más de un millón de kilómetros y pasado por 2.800 ensayos en barro y 1.900 en medio salino.
Sylvia Droll, jefa de Ingeniería de Materiales de Audi, comenta: «Audi representa una calidad superior de fabricación, alta calidad percibida de materiales y gran fiabilidad, incluso muchos años después de que un coche es estrenado».