El climatizador de un vehículo, tanto en verano como ahora que se acerca el frío de la mano del otoño, es un elemento indispensable para viajar con comodidad a diario, ya que permite ajustar los grados para que la temperatura dentro del habitáculo sea la adecuada, además de agradable.
Y es que tanto el calor como el frío son fenómenos que pueden, más allá de resultar incómodos, mermar la seguridad vial y las facultades del conductor. El calor da somnolencia y provocar malestar y las bajas temperaturas obligan a vestir ropas pesadas que pueden limitar los movimientos y las reacciones al volante.
Para ello, la Asociación de Estaciones de la ITV apunta que los grados entre los que debe oscilar el termómetro en el habitáculo del coche son 19 y 22. Para conducir con seguridad, esta temperatura debería permitirnos:
- Conducir sin abrigo. Además de dar calor en un momento dado, limita la libertad de movimiento al volante y puede poner en peligro la seguridad al no permitir que el cinturón se ajuste correctamente.
- Circular con una temperatura adecuada. Una temperatura elevada puede provocar somnolencia. También se incrementa la fatiga y la irritabilidad.
- Mejor con el coche en marcha. Se enciende antes se puede generar vaho en los cristales y, así mismo, puede provocar grietas en la luna.
- El aire, desde los pies. Lo recomendable es que el aire salga siempre desde abajo ya que de esta manera se distribuirá mejor por todo el habitáculo.
Reducción de emisiones
Por estas razones, además de por controlar el gasto en combustible y, con él, las emisiones que emite el motor del vehículo, es necesario controlar la temperatura del habitáculo y ahora en otoño no abusar de la calefacción.
Para reducir el consumo de combustible del motor y poner freno a las partículas que se emiten durante la combustión, AECA-ITV aconseja:
- No dejar el coche en marcha o con la calefacción encendida si se para más de un minuto.
- Comprobar la batería y el sistema de encendido para evitar que haya combustibles mal quemados que generan más contaminación.
- Revisar el tubo de escape, el catalizador y el filtro de aceite. Un motor bien lubricado expulsa menos humo y consume menos combustible.
- Revisar las ruedas, siempre en frío. La presión y el dibujo de los neumáticos influyen directamente en el consumo total del vehículo.
- No llevar el coche sobrecargado. Un exceso de peso solo sirve para aumentar el consumo.
- Mantener el coche a punto y pasa las revisiones para evitar sorpresas desagradables.