Los griegos deberán apretarse aún más el cinturón si su Gobierno saca adelante un draconiano plan de austeridad trianual que pretende rebajar el ahora disparado déficit público en más de 10 puntos para 2013 .
El primer ministro griego, el socialista Yorgos Papandréu, se reunió ayer en Atenas con los agentes sociales para anticiparles algunos detalles del nuevo programa de reformas con el que pretende sanear las cuentas públicas del país. Papandréu tiene dos frentes abiertos: el internacional, que le debe proporcionar la ayuda financiera que necesita Grecia, y el interno, sobre todo el sindical, que se opone al plan de ajuste que exige tanto el Fondo Monetario Internacional (FMI) como Alemania, y que ya ha convocado una huelga general para el próximo miércoles.
"La economía está al borde del abismo debido a los Gobiernos anteriores", justificó Papandréu ante los representantes de la patronal y los sindicatos, según informó el canal estatal NET.
El plan de ahorro, que tendrá por ahora una duración de tres años, comprende fuertes recortes de los sueldos de los funcionarios, así como la supresión de dos pagas extras, al tiempo que prevé la congelación salarial en el sector privado y en las pensiones.
Además, el Gobierno prevé el aumento adicional de varios impuestos, como el IVA, que ya subió dos puntos en marzo, hasta el 21 por ciento, así como a incrementar la carga impositiva sobre el tabaco, el alcohol y la gasolina.
También se congelará la contratación en el sector público, con excepción de la enseñanza, sanidad y defensa, que cuenta con un presupuesto del 6 por ciento del PIB.
Una fuente gubernamental griega que pidió el anonimato explicó a Efe que el objetivo de este nuevo programa de ahorro es reducir el déficit actual del 13,6 por ciento en 2009 hasta el 2,9 por ciento del PIB en 2013.