El derrame de crudo en el Golfo de México es el peor en la historia de Estados Unidos y mucho mayor que el provocado por el accidente del petrolero Exxon Valdez en Alaska en 1989, que vertió más de 40 millones de litros, según los científicos.
Marcia McNutt, directora del Servicio Geológico de EEUU, una agencia científica del Gobierno, dijo ayer que los cálculos preliminares señalan que el pozo abierto en el Golfo de México arrojó al mar entre 71 y 147 millones de litros de petróleo. Por su parte, el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, afirmó ayer que la compañía British Petroleum trabaja bajo la dirección del Gobierno para afrontar el desastre del vertido de crudo en el Golfo de México, al rebatir críticas que acusaban a la Casa Blanca de pasividad. "La idea de que el Gobierno federal se ha quedado al margen y durante las últimas tres, o cuatro o cinco, semanas hemos estado dejando a BP tomar una serie de decisiones, simplemente no es cierta", afirmó Obama en una rueda de prensa.
Subrayó que "desde el momento en el que comenzó el desastre, el Gobierno federal ha estado a cargo de la respuesta" e insistió en que British Petroleum es "responsable" de la "espantosa" catástrofe. Recordó, además, que cualquier "gran decisión" tiene que recibir el visto bueno del comandante de la Guardia Costera de EEUU, Thad Allen y que BP opera bajo la constante supervisión del Gobierno.
Allen fue quien dijo ayer que el procedimiento para sellar de forma definitiva el pozo que vierte crudo al mar con una inyección de fluidos pesados y cemento, iniciado ayer, parece estar funcionando aunque aún es pronto para determinar si la operación tendrá éxito.
El derrame de crudo en el Golfo de México es el peor en la historia de Estados Unidos y mucho mayor que el provocado por el accidente del petrolero Exxon Valdez en Alaska en 1989, que vertió más de 40 millones de litros, según los científicos. Marcia McNutt, directora del Servicio Geológico de EEUU, una agencia científica del Gobierno, dijo ayer que los cálculos preliminares señalan que el pozo abierto en el Golfo de México arrojó al mar entre 71 y 147 millones de litros de petróleo. Por su parte, el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, afirmó ayer que la compañía British Petroleum trabaja bajo la dirección del Gobierno para afrontar el desastre del vertido de crudo en el Golfo de México, al rebatir críticas que acusaban a la Casa Blanca de pasividad. "La idea de que el Gobierno federal se ha quedado al margen y durante las últimas tres, o cuatro o cinco, semanas hemos estado dejando a BP tomar una serie de decisiones, simplemente no es cierta", afirmó Obama en una rueda de prensa.
Subrayó que "desde el momento en el que comenzó el desastre, el Gobierno federal ha estado a cargo de la respuesta" e insistió en que British Petroleum es "responsable" de la "espantosa" catástrofe. Recordó, además, que cualquier "gran decisión" tiene que recibir el visto bueno del comandante de la Guardia Costera de EEUU, Thad Allen y que BP opera bajo la constante supervisión del Gobierno.
Allen fue quien dijo ayer que el procedimiento para sellar de forma definitiva el pozo que vierte crudo al mar con una inyección de fluidos pesados y cemento, iniciado ayer, parece estar funcionando aunque aún es pronto para determinar si la operación tendrá éxito.