La Comisión Europea propuso ayer suspender los fondos de cohesión y las ayudas agrícolas y pesqueras a los países con déficit excesivo que superen el 3% del PIB fijado en el Pacto de Estabilidad y Crecimiento (PEC). Este mecanismo sancionador, que forma parte de un paquete de medidas para reforzar el gobierno económico de la Unión, se aplicará en dos tiempos y no afectará a los beneficiarios finales de las ayudas.
Así, en un primer momento los países incumplidores del Pacto verán suspendidos los compromisos de gasto de la UE, aunque los pagos no se cortarán de manera inmediata de forma que sólo si el Estado miembro sigue sin controlar su déficit la UE cancelará sus compromisos y se perderán las ayudas, según explicó el comisario de Asuntos Económicos, Olli Rehn.
Bruselas quiere también que a partir de ahora se tenga más en cuenta el nivel de deuda pública en las evaluaciones de déficit y que quienes superen el 60% del PIB puedan ser sometidos al mismo procedimiento de infracción si no hacen lo suficiente para rebajarla.
Entre las medidas que ha presentado el comisario figura igualmente crear un mecanismo de alerta temprana para corregir a tiempo las desigualdades de tipo macroeconómico. Rehn no detalló de forma pormenorizada qué indicadores formarán parte de esta herramienta y simplemente citó a modo de ejemplo el coste laboral o la evolución de los precios del mercado inmobiliario.
De haber contado la Unión Europea con este último indicador, Rehn cree que podría haber alertado de los casos de España e Irlanda, donde la crisis económica se acentuó por los desequilibrios macroeconómicos subyacentes. En todo caso, y para tranquilizar a Alemania, el comisario dejó claro que no se pretende debilitar la capacidad exportadora de ningún país.