El rastreo multitudinario realizado por los alrededores de Pontevedra con la participación de cerca de una 800 personas para dar con alguna pista sobre el paradero de Sonia Iglesias, desaparecida hace doce días, concluyó ayer sin resultados. Ahora, los técnicos de la Policía Científica analizarán algunas prendas de ropa halladas para descartar su vinculación con el caso.
Desde que a las 9.00 horas se concentraron en el Pazo de Cultura todas las personas que colaboraron en la batida, hasta que entre las 13 y las 14 horas, se dio por finalizado el despliegue, los voluntarios recorrieron una amplia zona del Lago Castiñeiras, en Cotorredondo, el área de Campañó y, una vez más, la Xunqueira de Alba, la Illa das Esculturas y los márgenes del Río Lérez, aunque el esfuerzo resultó infructuoso.
También se sumó a la búsqueda el helicóptero de la Policía Nacional con base en Vigo, que sobrevoló Cotorredondo y los montes aledaños de O Morrazo, entre Pontevedra, Marín y Vilaboa. Además, acudieron -aunque sin llegar a intervenir activamente- efectivos de la Unidad de Subsuelo, por si hubiera que descender a algún pozo o cavidad subterránea.
AGRADECIMIENTO
La familia de Sonia Iglesias, a través de una empresa de comunicación que la representa, emitió ayer una nota de agradecimiento público por "el esfuerzo". Hicieron extensible el agradecimiento a los vecinos del barrio donde reside la mujer en Campo da Torre, a sus compañeros de trabajo, sus amigos y "a todos aquellos que en estos días tan difíciles contribuyen con su apoyo a que las circunstancias de su desaparición sean pronto esclarecidas".
La portavoz de los vecinos de Campo da Torre, María Luisa Cupeiro, aseguró que están dispuestos a repetir la experiencia porque "no puede uno quedarse sentado en casa" y no quieren que "esto se olvide".
La concentración que realizan a diario desde hace días en el parque del barrio se repitió ayer por la noche y sucesivamente hasta el miércoles, fecha en la que se celebrará una manifestación que partirá a las 21 horas de la Plaza de la Herrería de Pontevedra.
A partir de ahí, las acciones de solidaridad se limitarán a una concentración semanal, cada miércoles en la Plaza de la Herrería. El motivo de reducir estas muestras de apoyo ciudadano responde a que a todas las concentraciones diarias han acudido los padres, la hermana y el cuñado de Sonia Iglesias, con un gran sufrimiento por su parte. "A los vecinos no nos importaba en absoluto seguir, pero verles a ellos encoge el corazón", explicó María Luisa Cupeiro.
CASTIÑEIRAS
El mayor esfuerzo en la búsqueda de posibles pruebas u objetos relacionados con Sonia Iglesias se hizo en el entorno del Lago de Castiñeiras y de Cotorredondo, una zona ajena al ámbito de competencia de la Policía Nacional de Pontevedra, pero que se decidió peinar ante la elevada demanda social. Muchos de los voluntarios acabaron con picaduras de insectos y arañazos en las extremidades provocados por la abundante maleza.
"Allí es como buscar una aguja en un pajar", destacó María Luisa Cupeiro, ante la dificultad que presenta el terreno abrupto y la abundante vegetación. Los participantes en la batida encontraron muchas prendas de ropa abandonadas y diversos efectos, como tarjetas de crédito, pastilleros, e incluso una tienda de campaña y, aunque dieron aviso a la Policía Nacional, siguiendo las instrucciones que habían recibido previamente del jefe de la Brigada de Seguridad Ciudadana, Evaristo Pérez, "nada tenía que ver".