El PP considera que la mayoría absoluta lograda en las elecciones generales del 20 de noviembre en el Congreso y en el Senado le da derecho a contar con esa misma mayoría absoluta en las Mesas de las dos cámaras, incluso si ello pasa por arrinconar al PSOE, se informó a Europa Press en fuentes parlamentarios.
La selección de los miembros de las Mesas depende de la fuerza de cada partido en las Cámaras. Primero se elige a los presidentes, donde el PP no tiene problema para imponer a sus candidatos, después a los vicepresidentes (cuatro en el Congreso y dos en el Senado) y al final se designan a los secretarios (cuatro en cada Cámara).
Matemáticamente, los 185 diputados del PP, más el de UPN, le podrían garantizar hasta siete puestos en la Mesa del Congreso, aunque todo apunta a que se conformará con cinco (mayoría absoluta): la Presidencia, dos Vicepresidencia y dos Secretarías. En el Senado se hará con cuatro de los siete puestos en liza.
SIEMPRE HA SIDO ASÍ
Su argumento se basa en que todo partido que logró mayoría absoluta en unas generales, ya fuera el PSOE de Felipe González o el PP de José María Aznar, se garantizó a su vez la mayoría absoluta en los órganos rectores de las dos Cámaras.
A partir de ahí, el próximo martes sólo quedan cuatro puestos a repartir en la Cámara Baja: dos Vicepresidencias y dos Secretarías. El PSOE los reclama todos, pero dejando claro que no bajará de tres representantes en la Mesa. Su idea es que el PP ceda uno de sus cinco puestos a CiU, algo que los 'populares' descartan, y que ellos a su vez dejarían un escaño a IU. Así las cosas, el PP ya ha avisado de que su mayoría absoluta (cinco puestos) en la Mesa del Congreso es irrenunciable, por lo que, si se deja entrar a las minorías, los dos partidos mayoritarios deberían renunciar de igual manera. Su apuesta pasa por cinco del PP y uno de CiU, por un lado, y dos de PSOE y uno de IU, por otro.
Las negociaciones están bloqueadas por lo que, a expensas de las conversaciones que se puedan producir este fin de semana, la entrada de las minorías está en el aire y depende de los dos partidos mayoritarios.
Si no hay un acuerdo, el PP puede hacer prevalecer la fuerza de sus votos y arrinconar al PSOE. Si quiere, puede apostar por quedarse con dos Vicepresidencias (entre ellas la primera, que tiene un papel institucional relevante) y además permitir que CiU vuelva a tener la cuarta (nuevamente para Jordi Jané), lo que dejaría al PSOE con sólo una de las cuatro Vicepresidencias en liza.
Y cuando se voten las cuatro Secretarías, el PP tiene escaños suficientes para garantizarse dos de ellas e incluso para apoyar la entrada de IU en detrimento del PSOE, que podría quedarse con sólo dos representantes en la Mesa del Congreso. Otra cosa es que le interese favorecer la inclusión de la coalición que lidera Cayo Lara.
Aunque sus 110 escaños no les dan garantizas más puestos, los socialistas ya han elevado su protesta asegurando que no tendría sentido que el segundo partido del país tuviera la misma representación que la suma de dos partidos minoritarios (CiU e IU, que juntos tienen 27 diputados).
NOMBRES
En cuanto a los nombres, ningún grupo da el paso de mostrar a sus candidatos, salvo a CiU, que ha vuelto a señalar al diputado por Tarragona, Jordi Jané. Tradicionalmente, el PSOE reserva puestos en la Mesa del Congreso tanto al PSC como la federación andaluza, la más numerosas. Ello indica que podrían repetir tanto Teresa Cunillera, diputada por Lleida, como el onubense Javier Barrero,
En el Senado, donde su mayoría es aún más amplia, el PP estaría dispuesto a ceder una Vicepresidencia y dos Secretarías, siempre garantizándose cuatro de los siete puestos (mayoría absoluta). Esta variable podría estar en las negociaciones para flexibilizar la posición del PSOE en la Cámara Baja.