El BBVA ha sido elegido por el Banco de España para hacerse cargo de Unnim, operación en la que desembolsará un euro y contará además con la cobertura del 80 por ciento de las pérdidas inmobiliarias en diez años, lo que supondrá un máximo de 4.825 millones.
La elección del banco que preside Francisco González ha causado una cierta sorpresa en el sector, no sólo por el relativo poco interés que había mostrado públicamente el BBVA, sino también porque Ibercaja y el Popular partían como favoritos en la subasta, en la que también pujaba el Santander.
Además, los analistas daban por descontado que el BBVA optaría, en esta nueva ronda de fusiones, a una entidad de mayor tamaño, como Catalunya Caixa, otra de las que será subastada por el Banco de España en los próximos meses.
Esta operación de concentración es la primera desde que se inició la crisis que protagoniza uno de los grandes bancos españoles, a los que el Gobierno de Mariano Rajoy ha animado a arrimar el hombro para fortalecer el sector.
La operación, según los expertos financieros, se ha realizado en condiciones muy ventajosas para el BBVA, que tendrá que desembolsar solo 1 euro por absorber a la entidad catalana, fruto de la fusión de Caixa Terrassa, Sabadell y Manlleu.
El BBVA tampoco tendrá que devolver al Fondo de Reestructuración Bancaria Ordenada (FROB) los 953 millones de euros que ha invertido en la recapitalización de Unnim, dado que esta cifra será cubierta por el sector a través del Fondo de Garantía de Depósitos (FGD).
Adicionalmente, este organismo -que se nutre con las aportaciones de la banca- también concederá al BBVA un esquema de protección de activos que le cubrirá del 80 por ciento de las pérdidas derivadas de su cartera durante un plazo de diez años.
La adjudicada Unnim cuenta con una cartera problemática de 7.359 millones de euros, así como unas provisiones para atender posibles pérdidas de 1.330 millones de euros.