Los mercados estuvieron ayer influidos por las declaraciones del Banco Central Europeo (BCE), que enfriaron las expectativas sobre la compra de deuda soberana de los países periféricos. De esta forma, el Ibex 35 cerró la sesión con una bajada del 1,21 por ciento y volvió a la cota de los 7.400 puntos, con la prima en 482 puntos tras tocar durante la sesión los 458 enteros.
En la jornada de ayer los economistas españoles Jesús Fernández-Villaverde y Luis Garicano, profesores de la Universidad de Pensilvania (EE.UU.) y de la London School of Economics, respectivamente, critican al presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, por "creer que los problemas no se resuelven, sino que se disuelven mediante la paciencia", y le acusan de haber aplicado esta política a la crisis económica con "resultados catastróficos".
En un artículo de opinión publicado por el 'Financial Times' bajo el título 'Rajoy debe actuar rápidamente y aprobar un plan radical para España", los economistas advierten que la estrategia del presidente "es un camino a ninguna parte".
La sesión bursátil estuvo marcada por el desmentido del BCE, acerca de las informaciones sobre su intención de comprar deuda de países en dificultades a partir de un umbral de tipos de interés de los bonos.
Previamente, el Bundesbank se había mostrado "crítico" con la posibilidad de que el Banco Central Europeo (BCE) realice compras selectivas de bonos soberanos ante "los considerables riesgos" para la estabilidad que representaría la intervención en los mercados de deuda por parte del instituto emisor de la zona euro, tal y como apuntó el presidente de la entidad, Mario Draghi, en su última rueda de prensa.
Este hecho frenó en seco el descenso que había experimentado la prima de riesgo de España en los primeros compases de negociación y consiguió que el Ibex 35 cerrara en negativo, que zanjó así la racha de cinco jornadas consecutivas de ganancias.
Las declaraciones desde el BCE y la escasa negociación en bolsa habitual en el mes de agosto propiciaron el viraje al rojo del selectivo madrileño desde el verde que lucía en los primeros compases de negociación al calor de los valores de banca y constructoras.
El Ibex echó el cierre como 'farolillo rojo' de todo el Viejo Continente.